La semana después del rally. God save the King Loeb

Ya está, ya es campeón. Sébastien Loeb se coronaba el pasado domingo por novena vez Campeón del Mundo de Rallyes. El alsaciano voló durante todo el fin de semana, controló en cada momento a sus rivales (en ésta ocasión tan sólo Latvala pudo inquietarle un poco) y se dio el gustazo de cruzar la meta que le otorgaba un nuevo título Mundial en las calles que le vieron nacer, las de su querida Haguenau.

No voy a ponerme a dar estadísticas como un loco, más que nada porque para el siguiente rally seguro que sus 75 victorias vuelven a crecer. Pero Loeb no sólo ha sido eso. Ha sido el verdadero dominador del WRC los últimos diez años. Poco importa que se le escapara el mano a mano con Petter Solberg en 2003, porque desde entonces ha demostrado una y otra vez ser muy superior a los rivales a los que se ha enfrentado, fuera la categoría que fuera.

Como aficionado a otros deportes, siempre me ha gustado comprar el periódico del día siguiente del que se produjo la victoria. Lo hice con las victorias de la Selección Española en las dos últimas Eurocopas y en el Mundial, además de hacerlo habitualmente con mi equipo preferido de la Liga Española. Lo hice con Schumacher, y ahora es el turno de hacerlo también con el increíble piloto de Citroën. Tampoco quiero olvidarme del gran trabajo de Daniel Elena. Estoy seguro que sin su apreciado copiloto, la carrera de Loeb no hubiera sido ni la mitad de exitosa. Una historia que nos veremos obligados a contar a nuestros hijos y después a nuestros nietos. Para mí, la celebración de mi cumpleaños del 2012 será recordada como el día en el que ambos lograron ampliar aún más su leyenda.

Más allá de la victoria, en Alsacia vimos un rally bonito, con un recorrido que combinaba zonas muy estrechas y rápidas con algunos lugares que parecían más propios de un slalom que otra cosa. Y es que en ocasiones la organización francesa se ha excedido colocando chicanes artificiales con balas de paja o incluso protecciones para evitar que los pilotos cortaran y ensuciasen “de más” la carretera. Para mi es atentar contra la esencia de los rallyes. Los World Rally Cars estrenaban el formato de dorsales que ya utilizan en los campeonatos franceses y por el cual los coches no necesitan llevar una matrícula que les identifique. La policía además cuenta con una lista que relaciona cada numero con el competidor correspondiente.

Para nuestros intereses, el rally de Dani Sordo no fue ni por asomo parecido al del año pasado. El Mini John Cooper Works habrá evolucionado, pero lo cierto es que los otros coches también lo han hecho. El cántabro no pudo prácticamente en ningún momento plantar cara a los cuatro pilotos oficiales. Sólo la lluvia pareció sacar las bondades del coche de Prodrive a la luz, entre las que se encuentra la impresionante estabilidad del coche.

Sin embargo, no verse entre los tiempos de cabeza hizo que Sordo intentara sacar las decimas por kilometro que le faltaban a base de arriesgar más en cada tramo. Obviamente esto le hizo cometer más errores de los normales, teniendo dos toques (uno el sábado y otro el domingo) que terminaron con la dirección asistida del Mini y por tanto con las posibilidades de podio de Dani en una tercera etapa en la que comenzaban a salir los tiempos debido a la lluvia.

Jari-Matti Latvala ocupó el puesto de Sordo en esta ocasión. El finlandés ha dado un paso más al frente en asfalto y ahora ya se permite el lujo de robarle scratchs a Loeb en su propia casa. En cambio la consistencia del de Ford sigue siendo un apartado en el que mejorar. Hasta en tres ocasiones rozó el abandono, afortunadamente tanto él como Neuville pudieron acabar la prueba a pesar de superar dichos limites. El belga demostró ser todo un especialista en asfalto mojado, con tres scratchs en la primera mitad del domingo. A pesar de ello demostró faltarle todavía unas cuantas pruebas más para poder luchar con los de delante.

Elfyn Evans y Hayden Paddon fueron los protagonistas en las otras categorías. El primero de ellos lograba una victoria espectacular sobre el asfalto alsaciano y además la consecución del título entre los participantes de la WRC Academy. Justo detrás acababa Cohete Suarez que tras sumar varios scratchs lograba un segundo puesto que le mete de lleno en la lucha por el subcampeonato. Peor le fueron las cosas a Hayden Paddon. El neozelandés realizó un gran rally, dominó a Breen sobre el asfalto (una superficie que le encanta al británico) pero que terminó por estropear el domingo, cuando a pesar de tener dos minutos de ventaja siguió atacando y sufrió una salida de pista que le hace perder la primera posición en la general del SWRC. Todo por decidir para la última prueba del Mundial.

La otra curiosidad del rally fue la lucha que tuvieron Yvan Muller y Romain Dumas. El piloto de Audi, mucho más habituado a correr en rallyes dominó las dos primeras etapas, siempre por delante del actual campeón del WTCC. Sin embargo, un vuelco el domingo le hacía perder más de un minuto con el piloto de Chevrolet. Muller que no había realizado ningún crono destacable, vio en la lluvia su aliada, llegando a meterse entre el Top Five en varios tramos. Finalmente Yvan terminaba delante de Romain en este particular duelo de circuiteros.

Caso aparte fue lo de Petter Solberg. El sábado un servidor no terminaba de entender bien lo que le pasó, aunque más bien era porque mi cabeza buscaba una explicación al hecho de que el noruego no hubiera frenado. Sin embargo las declaraciones posteriores del piloto de Ford hicieron crecer más aún mi indignación ante tal irresponsabilidad cometida. Peor aún fue lo de algunos informativos, que muy lejos de informar de que Sébastien Loeb se iba a proclamar por novena vez campeón del Mundo se propusieron dar una y otra vez las imágenes del accidente con titulares como “cosecha del 2012” dejando muy de lado que podrían haber muerto aficionados si la diosa fortuna no hubiera querido que ese poste cayera en ese preciso ángulo sobre el árbol. Seguro que si se desvía un centímetro hubieran sido los primeros en hablar de la tragedia y peligrosidad en los rallyes. Vergüenza es lo que siento sin duda por ambas cosas.

En cambio en Francia volvieron a darnos la de cal. Puedo calificar de maravillosa la retransmisión de la prueba realizada por Sport + France y que nos trajo el rally a nuestras casas especial por especial. Teledeporte también cumplió con creces este fin de semana y nos mostró puntualmente los resúmenes y después incluso los repitieron en varias ocasiones para los que se pudieron perder la primera emisión. Posiblemente haya sido la prueba de este año en la que más información hayamos recibido.

Por último, hay que dar la enhorabuena sin duda a Citroën Racing. La marca gala además de celebrar el noveno título de su primer piloto, también conseguían en casa la consecución del Campeonato de Marcas. Su octavo título en una década, una cifra que sólo puede superar Lancia con sus diez Campeonatos del Mundo. Yves Matton ha conseguido enderezar el rumbo del equipo tras un 2011 plagado de polémicas. Este año sí estaba claro desde el primer momento quién de sus pilotos era su número uno y esto le ha permitido terminar el año dos pruebas antes de lo que muestra el calendario.

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