Obviamente la película hubiese sido muy distinta si Jari-Matti Latvala no hubiera tenido que cambiar una rueda en el último tramo del sábado. O al menos hubiera tenido la opción de defender su liderato en la jornada del domingo. Pero la sensación que se te queda tras una nueva victoria de la pareja gala es que esta película ya la hemos visto de 2004 a 2012 y que sólo una racha como la que protagonizó Sébastien Loeb podría impedir el segundo título de Ogier.
Ojo, que Jari-Matti Latvala está mejor que nunca. El problema es que lo esté como Mikko Hirvonen en 2009. Cuando uno ve los tiempos que marca Latvala, se cree de verdad que este es su año. Pero sucesos como el del sábado en Cerdeña rebajan la euforia y hacen que quede la duda clara de si alguna vez veremos al finlandés ganar un título mundial, si esta lucha frente a Ogier no le dejará ya tocado como a su compatriota, cuando por fin parecía haberse centrado...
Jugar a los pitonisos suele salir mal, pero con más de un rally de ventaja para Sébastien Ogier y sin que nadie sea capaz de toserle a los Volkswagen, Cerdeña ha podido ser el momento decisivo de la temporada. Sí, Latvala tiene ahora dos rallyes por delante muy favorables, Polonia y Finlandia, y desde luego ha progresado en asfalto... pero es que la superioridad de los Volkswagen es tan insultante que necesitaría un par de errores graves de Ogier y encadenar una racha de resultados perfectos.
Medio de coña, medio en serio decía que Hyundai está en modo 'beta'. Por ello me refiero a que probablemente están en la misma situación en la que Volkswagen se encontraba a estas alturas de 2012, con la única diferencia de que ellos han optado por desarrollar el i20 WRC a la vista de todos. Y visto lo visto, es de agradecer, pues al menos de cuando en cuando se pueden permitir echarle un poco de sal a los rallyes, como ocurrió el viernes.
Gracias a su retrasada posición de salida, Thierry Neuville y Juho Hänninen salieron como cohetes. Mientras que en el caso de Neuville el problema fue mecánico, Hänninen rediseñó el i20 WRC con un fuerte accidente. Se entiende el hambre que puede tener el finlandés (¡a lo tonto, lleva ocho años intentando hacerse hueco!), pero quizá no fue el momento más apropiado... Aún le quedaba a Hyundai una tercera baza, el debutante Hayden Paddon, pero problemas de motor le obligaron a parar en la tarde del sábado.
M-Sport, como viene siendo ya costumbre, merecería por sí sola un post específico. La noticia más impactante del fin de semana la protagonizó Mikko Hirvonen, quien en un tramo de enlace poco pudo hacer por salvar de las llamas a su Fiesta WRC, quedando carbonizado medio millón de euros... al que por supuesto hay que sumar lo que ya vienen arrastrando en piezas los de Malcolm Wilson. Desde luego, barata no les está saliendo la temporada, recordemos, sin patrocinador principal.
Al final, un poco como en Hyundai, tuvo que salvar el honor del equipo el novato, Elfyn Evans, aunque el hecho de que quedara a un mundo pese a conocer los tramos sardos no reconforta en exceso. Además, tan sólo tuvo que superar a Martin Prokop y Henning Solberg, cuyos niveles conocemos sobradamente, y se encontró con el quinto puesto gracias al abandono el sábado de Robert Kubica. Uno ya no sabe qué comentar del polaco: esta vez parecía tomárselo con calma y, con todo asegurado, arrancó una rueda de su Ford... Francamente desesperante.
Entre los WRC-2 pareció que nadie quería hacerse con el triunfo. Karl Kruuda quedó eliminado de la lucha por la victoria por problemas mecánicos, Nasser Al-Attiyah y Yazeed Al-Rajhi se accidentaron y tras el final del rally, fueron sancionados Bernardo Sousa por usar más neumáticos de los permitidos, Kruuda y Sébastien Chardonnet, por emplear radiadores distintos a los homologados en los R5 del Grupo PSA. Resultado: victoria y liderato de la general de la categoría para un piloto italiano, Lorenzo Bertelli. Cierto es que acumula ya cinco resultados, pero entre ellos, tres podios... Xevi Pons fue el mejor vehículo de Producción pero no puntuaba para la Copa.
Por último, me gustaría felicitar a los responsables de que el último tramo del sábado, el momento decisivo del rally y puede que de la temporada coincidiera con una sesión de calificación de Fórmula 1. Peor imposible.