El rookie que sorprendió a propios y extraños en su extraordinaria primera temporada en la máxima categoría del automovilismo mundial, ha estallado definitivamente, y si el año pasado parecía un piloto mentalmente muy preparado que no acusaba para nada la presión, esta temporada ha cometido ya muchos errores, y tiene claro el porqué: "No sabría por dónde empezar a explicar cuánta presión siento sobre mis espaldas".
Parece mentira como la trayectoria de Lewis en la Fórmula 1 ha sido casi inversa a la lógica normal. Empezó encadenando podiums y más podiums, ganando incluso carreras antes de sufrir en sus carnes el regusto amargo de los abandonos, pero sus fallos de novato llegaron en el momento más inapropiado del año, cuando parecía que el primer rookie de la historia que se iba a llevar el Mundial sería británico.
Y bueno, esta temporada, salvo una primera carrera soberbia en Australia, todo han sido errores y altibajos. El año pasado, con Fernando Alonso al lado, tenía poco que perder y muchísimo que ganar, pero este año, ser el centro de atención de todos los focos de la Fórmula 1 le está pasando factura: "Yo mismo me estoy presionando mucho y si el éxito no llega, la sensación no es muy buena".
Es su segundo año, y cosas como las que están sucediendo esta temporada con Lewis tendrían que haber sido frecuentes el año pasado. Pero vaya, Hamilton es un piloto joven, y si quiere seguir creciendo como piloto, el primer paso a dar es tener una actitud sensata. Tiene que ser consciente que es su segundo año, y cambiar el chip de "uno de los mejores pilotos de la historia" que muchos periodistas británicos le han puesto antes de tiempo.
Vía | 20 Minutos