La carrera de esta tarde en el Gilles Villeneuve de Montreal se puede convertir en algo más que una simple carrera a 70 vueltas. Estrategias al margen, que aquí en Canadá pueden ser significativas, y sin tener en cuenta las más que probables salidas del Safety Car, que todos sabemos cómo se las gasta con la actual normativa, se ha sumado este año otro factor que suele ser típico aquí, pero no a los niveles que vimos ayer en la sesión de calificación: la suciedad en la pista.
Pero no sólo eso debe preocupar a los pilotos. Mark Webber ya ha declarado que no es realista esperar que los Fórmula 1 corran esta tarde en Montreal habiendo visto los problemas con la pista de ayer sábado. La pista empezó a romperse en determinados sectores, y de hecho esta misma noche en Canadá se estaba trabajando a tope para reasfaltar de urgencia la delicada curva de L'Épingle.
Es habitual que la pista canadiense se empiece a partir con el paso de las vueltas en la carrera, sufriendo constantes reasfaltados y parches año tras año, pero nunca había sucedido algo semejante tan pronto en el fin de semana de Gran Premio, pues el propio Kimi Raikkonen asegura que ya en la Q1 los problemas eran evidentes, y por eso los tiempos fueron tan lentos (la pole de Hamilton en 2007 fue ¡más de 2 segundos más rápida que la de ayer!).
Y además de estar muy atentos a este aspecto en la carrera, pues cualquier mínimo error sin control de tracción puede acabar en un patinaje sin remedio contra los cercanos muros del Gilles Villeneuve, habrá que ir con cuidado con la cantidad de porquería que vimos ayer en el asfalto. Toda esa suciedad se va posando en los radiadores de los monoplazas a medida que pasan las vueltas, y no sería de extrañar ver problemas de refrigeración de los motores en un circuito donde existe un tramo en el que los pilotos van 14 segundos con el pedal a fondo.
Vía | Autosport