Aunque no ha levantado mucha polvareda, la polémica sobre el posible test secreto de Red Bull está sobre la mesa. Tanto es así que la FIA ya ha comenzado una investigación sobre la misma tratando de aclarar lo sucedido y sobre todo para descubrir si hubo algo ilegal, y por tanto sancionable, o no.
Las últimas informaciones indican que el test se desarrolló con un monoplaza a escala 1:1, concretamente un Toro Rosso, y en un tapiz rodante, algo que estaría prohíbido por reglamento. Sea como fuere, parece que hay algo detrás de todo este test que no huele del todo bien.
Por su parte, desde Renault indican que es test se desarrolló en un banco, algo que sería totalmente legal, y que fue llevado a cabo en las instalaciones de AVL en Graz debido a la imposibilidad de hacerlo en su sede de Viry-Chatillon. El fabricante galo insta al máximo organismo a preguntar al anónimo que envió la carta a la prensa y al resto de escuderías.
Sea como fuere, lo que parece claro es que en el test se habría buscado probar distintas configuraciones de motor aunque todo parece indicar que el objetivo era tratar de solventar los problemas de refrigeración sufridos durante la pretemporada por Red Bull.
Vía | TheF1