Lobato en sus retransmisiones suele dar un dato, bueno suele dar muchos pero en este momento nos interesa uno en concreto. La ganancia o perdida (según se mire) por vuelta por cada 10 kilogramos menos (o más) de gasolina que lleve el piloto. En Bahrein, la ganancia cada 10 kilos menos, si no recuerdo mal, era de una décima.
Si todo esto es realmente cierto, que algo habrá, Robert Kubica ha ganado esta pretemporada casi una décima, y sin subirse al monoplaza. El polaco tiene en su físico uno de sus mayores handicaps. Altura aparte sus setenta y ocho kilos de peso en 2007 eran un pequeño quebradero de cabeza para sus ingenieros, sobre todo si los comparamos con los escasos 65 de Heidfield. Un poco de dieta y Kubica se ha quedado en unos justitos 71. Justo en el índice de masa corporal ideal y peso perfecto para que sus ingenieros repartan esos kilos que ha adelgazado por el coche.
Los regla de los 605 kilos de peso mínimo incluido el conductor hace tiempo que se superaró. Ahora los equipos colocan todo el excedente de peso en forma de lastres en los lugares más ventajosos y que permitan sacarles partido, un partido que hasta ahora su compañero si utilizaba pero que el joven polaco colocaba justo en el centro del coche, quizás donde menos se necesite. Por el momento la privación de alimentos le ha sentado muy bien a Kubica. Dos podios, cuarto en la general tras tres carreras.
Vía | AS