Si parecía que finalmente los coches cliente nunca volverían a formar parte de la Fórmula 1 a corto plazo, la actual crisis económica podría volver a dar un vuelco a la situación, y fuentes de altas esferas aseguran que la FIA y los equipos están trabajando intensamente en reducir costes y asegurar la supervivencia de los 11 equipos, permitiendo a los equipos privados llegar a acuerdos técnicos con los fabricantes.
Lo que todavía se está intentando definir es exactamente hasta dónde podría llegar esa colaboración técnica entre dos escuderías, y en qué medida podría considerarse a un equipo constructor si hereda la base de un monoplaza diseñado por otra escudería, pero lo cierto es que el no rotundo a los coches cliente se ha aparcado por el momento.
Hay varios equipos que recibirían esta nueva regulación como agua de mayo, entre ellos Toro Rosso, pues el mandamás de Red Bull podría retirar el letrero de "En venta" en caso que pudieran continuar empleando chasis de sus hermanos mayores. Hasta los máximos opositores a los coches cliente han suavizado su postura, pues ven en la floja situación financiera de los equipos pequeños un peligro serio para el deporte. A día de hoy, sólo Williams parece mantenerse firme en su oposición a los coches cliente.
Veremos cómo evoluciona el asunto.
Vía | Autosport