Lewis Hamilton tiene bastante claro que el momento clave de su carrera en Sepang fue la desastrosa primera parada en boxes, donde perdió 20 preciosos segundos que le costaron salir por detrás de Trulli y Webber en su segundo stint y tener que rodar al ritmo que imponía el Red Bull de este último.
"Podría haber hecho la parada con una cerveza". Esas fueron las palabras de Lewis Hamilton sobre el dichoso pit-stop, aclarando posteriormente: "No sé cuál ha sido el problema, tenemos que mirarlo. Creo que necesitamos una nueva pistola". Lo que es evidente, es que a Lewis, o todo le sale perfecto, o las desgracias le llegan una detrás de otra. El primer Gran Premio del año, en Australia, fue absolutamente perfecto. Marcó la pole el sábado, dominó de cabo a rabo la carrera el domingo, y de los 4 Safety Car que aparecieron, no se vió afectado por ninguno de ellos. Sin embargo, en Malasia, Lewis hizo cuarto el sábado y vio como le penalizaban con 5 posiciones por estorbar a Heidfeld. Después, el domingo, tuvo la mala suerte de ver como un fallo en su primera parada arruinaba su carrera.
Pero no sólo eso, sino que como ya le sucediera a Fernando en Malasia, Hamilton se quedó sin suministro de agua durante la carrera, por lo que acabó "muy, muy sediento". Desde luego, cuando al británico se le tuercen las cosas, se le tuercen del todo. Por cierto, querer ver en la broma de la cerveza una rajada de Lewis contra McLaren, como muchos periódicos han interpretado, lo encuentro un poco exagerado, la verdad. No iría nada mal un pelín de menos fanatismo, que luego pasa lo que pasa.