Si bien no podemos decir de Felipe Massa en esta ocasión nada más que esperamos su pronta y correcta recuperación, de Kimi Raikkonen no podemos decir otra cosa que es el que ha salvado los trastos de Ferrari una vez más. Se podrá decir que la actitud indiferente del finlandés en no pocas ocasiones es o no es de recibo. Pero en esta ocasión recaía sobre él toda la responsabilidad de la actuacion de Ferrari en Hungría y ha cumplido.
Kimi Raikkonen ha arrancado bien en el GP de Hungría, defendiendo de forma muy agresiva la posición desde el comienzo. Primero se encontró con un agresivo Lewis Hamilton a la postre vencedor que salía como un misil y despachaba a Sebastian Vettel. El alemán que perdía posiciones se encontraría en la primera curva con el finlandés de Ferrari sobrepasándole, dando pie a una acción que iba a ser estudiada por la dirección de carrera. Pero que francamente, no creo que llegue a más que a lance de carrera.
Tras ganarle a Mark Webber la segunda posición del podio y llegar a parecer en alguna ocasión que podría acercarse a Lewis Hamilton realizó su primera parada en boxes, y diría que a Ferrari se les fue la mano con la carga de combustible. En su vuelta a pista Kimi daba la sensación de llevar un monoplaza demasiado cargado, y todavía no sé como no ha perdido más terreno ganado del que tenía. Por ello Lewis Hamilton ya sólamente metía segundos como si fueran churros, y Mark Webber tras la última parada imponía un ritmo que también hacía pensar con que Raikkonen podría ser cazado por el australiano.
Resumiendo, es un piloto que está cuestionado en Ferrari. Pero ya van dos carreras del año en las que Felipe Massa por A o por B queda fuera de las opciones de podio o victoria, y es Kimi Raikkonen, el actual segundo piloto de La Scuderia y Campeón del Mundo de 2007 el que soluciona la papeleta lo mejor posible. Y lo que es más, a pesar de nuevo, un fallo ajeno a él con la estrategia. Resumiendo: Kimi Raikkonen no puede soñar ni mucho menos con luchar por el Mundial por ahora, pero está más que claro que Ferrari todavía se puede dar con un canto en los dientes.
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