Jimmie Johnson se encuentra cómodo en Phoenix. Tres victorias consecutivas en los últimos tres años dan fe de ello. Y este año no iba a ser menos. Johnson ejerció un dominio de principio a fin, de modo que deja el título casi decidido. En Miami, bastará con que el piloto de Hendrick Motorsports termine trigésimo sexto, de cuarenta y tres entradas, para hacerse con el título. Algo a priori bastante sencillo. De cumplirse, Johnson se hará con su tercer título consecutivo.
Cuando Jimmie Johnson sale desde la pole todo es más fácil. De las siete victorias de este año, cuatro han han tenido como denominador común que Johnson salía desde la pole. En la Checker O'Reilly Auto Parts 500 presented by Pennzoil (la NASCAR y su forma de llamar a cada una de las citas) no fue menos. Cuando vas en cabeza, todo lo que pasa detrás no importa. Y menos aún cuando la carrera está marcada por los incidentes. Así que de poco importa que Juan Pablo Montoya, Scott Speed, A.J. Allmendiger o Casey Mears se dejaran sus opciones por el camino.
Carl Edwards, cuarto en Phoenix, ve impotente como se le escapa el título. Incluso su compañero de equipo Jamie McMurray terminó por delante de él. Algo que indica que desde Roush Fenway dan el título por perdido.
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