Este fin de semana volvían a rugir los motores de la disputadísima NASCAR Sprint Cup, pero la característica más notable es que este fin de semana no tocaba en un óvalo cualquiera, si no en el mítico e inmenso Indianápolis. La Brickyard 400 es una de las pruebas más esperadas del año en el calendario NASCAR si no la que más, y ha sido coto cerrado de Jimmie Johnson que ha conseguido la tercera victoria de la temporada sobre la mítica milla de ladrillo.
Durante buena parte de la carrera, Juan Pablo Montoya fue líder, que salía bien y rápidamente cogía la delantera llegando a sacar una pequeña ventaja. Otros hombres fuertes del campeonato no corrieron igual suerte, como Robby Gordon que sufría un trompo al poco de empezar o Kyle Busch que también comenzó con mal pie y alguna anomalía en el coche. Jimmie Johnson empezó con tranquilidad hasta el primer repostaje del que saldría entre los 5 primeros. Pero sería en las siguientes paradas durante las cuales Montoya perdería el liderato de la prueba, y poco a poco Jimmie Johnson tomaba la cabeza de carrera hasta el final.
El principal lastre de Juan Pablo Montoya fue el exceso de velocidad en los boxes, lo que hizo que tras dos penaltys su resultado final fuera la undécima posición. Regusto amargo para el colombiano, pero también para nombres como Jeff Gordon que no pasó de la novena plaza final, o Carl Edwards que fue décimoquinto. Kyle Busch y Robby Gordon pudieron volver a la carrera, pero no lograron más que acabar trigésimoctavo y vigésimoctavo respectivamente.
Sorprendentes fueron el segundo y tercer lugar de Mark Martin y Tony Stewart que a la postre fueron de los más regulares y constantes desde las posiciones ocupadas a comienzo de la carrera y la lograda al final.
Tras esta cita marcada en rojo en el calendario, la NASCAR recalará el próximo fin de semana del 2 de Agosto en otra pista muy rápida. Un super speedway en toda regla como es el trióvalo de Pocono.
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