Los inicios de temporada de Jari-Matti Latvala nunca han demostrado ser excepcionales. Únicamente en 2011, año en el que el Mundial comenzaba con Suecia y México (el Monte-Carlo no era valedero para el WRC), el finlandés sumaba dos podios consecutivos, en concreto dos terceros puestos. Buena parte de los malos comienzos de temporada tiene que ver con que la cita monegasca no es una de las favoritas del piloto de Volkswagen.
En sus cinco participaciones, acumula hasta tres abandonos, un decimosegundo puesto en el año de su debut y la quinta plaza conseguida este año, que a su vez marca su mejor resultado. Semanas después, ya en un terreno mucho más favorable para Latvala, sumaba su tercera victoria en Suecia, la tercera con un coche distinto (Ford Focus RS WRC, Fiesta RS WRC y Volkswagen Polo R WRC), algo que demuestra la gran capacidad de adaptación del piloto nórdico a sus monturas y más si estamos hablando de correr sobre nieve.
Sin embargo, parece que la adaptación a la montura alemana no es el único factor que está ayudando a Jari-Matti en uno de sus mejores comienzos de temporada de su carrera en el WRC. A finales de la pasada temporada, Latvala se ponía en contacto con Christoph Treier, entrenador mental que ya ha colaborado en otras ocasiones con pilotos de la talla de Marcus Grönholm, opción por la que también han optado pilotos del Campeonato del Mundo de Fórmula 1, como Romain Grosjean.
Esto le ha permitido afrontar las pruebas con una mayor confianza, algo que en un piloto tan propenso a las salidas de pista, puede permitirle a retomar el hilo con mayor celeridad y aumentar su consistencia. Según el propio Latvala, también le ha ayudado a gestionar los momentos de presión cuando los rallyes se tuercen, como en Monte-Carlo, permitiéndole continuar centrado con el objetivo de sumar los máximos puntos posibles a pesar de que las cosas no hayan salido como deberían.
También su estilo de conducción está poco a poco cambiando y adaptándose a esta nueva época del Mundial de Rallyes en la que está demostrado que para poder plantar cara a la escuela francesa de los Loeb y Ogier tienes que renunciar al ADN de los Flying Finns y amansar su forma de pilotar. Algo que en parte también es debido a los nuevos neumáticos más anchos tanto en condiciones de nieve, como sobre tierra.
Latvala aseguraba que con los anteriores neumáticos de clavos, con menor superficie de rodadura, era admisible un estilo agresivo de conducción, mientras que ahora hay que utilizar una configuración y un pilotaje más suave. Algo que sin duda deberá implantar también sobre los tramos de México donde el actual líder del campeonato le tocará abrir pista durante el primer día y por tanto perder un tiempo muy valioso que le condicionará durante el resto de la prueba.
Precisamente, es la primera vez que el finlandés llega a una cita del Mundial con el liderato provisional de la general. Tras casi siete años en el campeonato (sólo tengo en cuenta las temporadas con una montura competitiva), que se produzca este hecho dice mucho del dominio de los pilotos galos durante la última década y además deja claro que la primera mitad de la temporada no suele ser la más rentable para Latvala. Algo que en el último lustro le ha dejado muy pronto fuera de la lucha por el título.
Al menos ahora ya puede presumir de estar entre los pilotos del WRC con más scratchs. En Suecia, Jari-Matti superaba las 300 especiales ganadas, ocupando la decimoquinta posición del ranking histórico (del cual es líder Sébastien Loeb con 900, Markku Alén es segundo con 821 y Sainz tercero con 756), y aumentando su ventaja con respecto a Mikko Hirvonen (253 scratchs) como piloto de la actualidad con más scratch. Veremos cuánto tarda Ogier (236) en alcanzarle en esta clasificación y si sale líder de la general en México.