La vida de un piloto de Fórmula 1 da muchas vueltas. Tan pronto eres un crack como pierdes tu asiento. Heikki Kovalainen nunca fue un fuera de serie, pero en alguna ocasión sí que hizo un gran trabajo. Este año estaba fuera de la parrilla (y lo sigue estando) pero ahora vuelve como probador de Caterham, a poner a punto un coche que pilotan dos novatos.
Este viernes en Baréin, Heikki Kovalainen se subirá al Caterham de 2013, el cual llevan Charles Pic y Giedo Van der Garde, dos pilotos con muy poca experiencia; el que más, lleva un año como titular. El equipo anglomalayo ha empezado el Mundial de 2013 con desventaja contra Marussia, su gran competidor esta temporada. Han pasado de ser los líderes de la parte de atrás de la parrilla a copar las últimas posiciones. Y eso no es bueno, puesto que el objetivo de esta temporada debía ser entrar en la parte media.
Para dar un empujón y probar las mejoras llega Kovalainen, quien mañana disputará una sesión de entrenamientos libres en el coche de Van der Garde, para recabar datos del Caterham de 2013, sin ninguna mejora. En Barcelona con el finlandés de nuevo al mando, en el Gran Premio de España, sí que llevará montadas las actualizaciones. De esta forma, Heikki se convierte en una especie de asesor para los novatos y ayudará a la correcta evolución del coche.
La vuelta de Kovalainen no deja de ser curiosa. El año pasado se habló de él como posible sustituto de Felipe Massa en Ferrari y no paró de criticar un Caterham que no le daba lo que él quería. Una vez contratados los pilotos de este año, rechazó el rol de piloto de pruebas, ahora se acoge a él como única opción de rodar en los circuitos. Ya en Baréin, el propio Kovalainen ha confesado que preguntó a Tony Fernandes antes del GP de Malasia si aún podía hacerse con el rol de probador.