Por segundo año consecutivo, el Mundia de Fórmula 1 visita el nuevo circuito de Buddh para la disputa del Gran Premio de la India. Como no podía ser de otra manera, el trazado indio es obra de Tilke, aunque hay que reconocer que la presencia de crvas peraltadas y contraperaltadas permiten que Buddh apruebe, dentro de la escala de los llamados “tilkódromos”.
Como es ya habitual en los circuitos creados por el arqutecto alemán, Buddh combina largas rectas con sectores donde la aerodinámica es fundamental, para así intentar provocar quebraderos de cabeza a los equipos a la hora de encontrar el setup ideal. Además, no hay que olvidar que su escaso uso durante el año y su localización en una zona plagada de obras, retrasarán la limpieza de la pista durante los primeros libres.
En lo que viene siendo una constante en los “tilkóromos” de esta segunda mitad de temporada, las zonas de DRS han sido ampliadas con respecto a la temporada pasada. En Buddh tendremos dos, una en recta de meta, con la zona de detección sitada en la recta inmediatamente anterior, y otra en la recta más larga del circuito, situándose el punto de detección en la curva 3.
Pirelli no se ha complicado la vida al elegir los compuestos para este Gran Premio, siendo bastante conservadora al elegir el compuesto blando (amarillo) y el duro (blanco). Se trata de exactamente los mismos compuestos con los que ya se disputó la edición inaugural del Gran Premio de la India de Fórmula 1.
Tampoco el tiempo supondrá ningún problema para los equipos, pues se esperan temperaturas cálidas y sol durante todo el fin de semana. El Mundial se tendrá que decidir por lo tanto por rendimiento puro y duro: que gane el mejor.
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