Para comenzar a hablar de la clasificación de hoy en el Gran Premio de Hungría, y de nuestra sección habitual Una de cal y de la de arena, hay que hacerlo de los fracasos de hoy. Si bien lo ocurrido con Lewis Hamilton es algo inesperado y que condicionará todo el fin de semana para el británico, y quizás su lucha por el título, la pifia de Ferrari con Kimi Raïkkönen podría calificarse como la peor decisión tomada desde el muro en lo que llevamos de temporada.
Tras ver como dejaban a su piloto fuera de la Q1, Ferrari lanzaba este mensaje en su cuenta de Twitter.
#FerrariHUNGP #Q1 Arriesgarse no ha funcionado con Kimi. Carrera al ataque #SorryKimi
La gran pregunta es: ¿Por qué Ferrari tenía que arriesgarse para pasar a la Q2? ¿De verdad que ahorrar un juego de neumáticos blandos de cara a la Q2 o Q3 era realmente más importante que no quedarse en el fondo de la parrilla máxima cuando Hungaroring es un trazado en el que adelantar es muy complicado? Preguntas sin respuesta difíciles de entender.
En el lado positivo, y más allá de la sexta pole de la temporada para Nico Rosberg, Red Bull parece haber dado un paso adelante. Quizás Hungaroring es un trazado en el que el déficit de potencia de sus motores Renault tenga menos importancia aún así, ver a Sebastian Vettel segundo en la parrilla y por momentos luchar con Nico Rosberg es más de los que pudiéramos esperar de los de Red Bull.
Mañana, Vettel no tiene pinta de que sea capaz de robarle la victoria a Rosberg, pero un nuevo podio para el alemán es factible. Eso sí, si Valtteri Bottas se lo permite. El finés es uno de los pilotos más en forma de los últimos grandes premios y si la semana psada fue capaz de contener a Hamilton, mañana podría plantar cara a Vettel. Eso sí, la salida será fundamental. Sebastian Vettel saldrá por el lado sucio y Bottas por el lado limpio.