La Fórmula 1 llega al Gran Premio de España, la cita de casa y que representa la llegada de la máxima categoría al viejo continente. Tras las primeras cuatro carreras de la temporada, para las escuderías es momento de dar el do de pecho. Es el momento de dar un salto de calidad y por ello todas, sin excepción, presentarán mejoras en sus monoplazas.
Pero lejos de pensar que todo esto aportará algo a la carrera, es mejor quitarse la venda. Y es que el Circuit de Catalunya es un circuito que todos los pilotos conocen a la perfección. Dicen que si un monoplaza va bien en este circuito, va bien en todos. Las escuderías lo saben. Es por eso que quizá, y por desgracia, se trate de uno de los grandes premios del calendario con más papeletas para ser aburrido.
El análisis del circuito
Ahora es el momento de analizar el trazado. En el primer sector la máxima dificultad es que comprende la recta de meta, una de las más largas del mundial, y se mete de lleno en la curva Elf, que está seguida por una enlazada hacia la izquierda antes de llegar a la espectacular curva Renault. La recta pide velocidad máxima y una estabilidad de frenada a prueba de bomba, mientras que después, la sección de curvas pero sobre toda la curva Renault, exige maximizar el paso por curva manteniendo una velocidad alta. Es una curva que se toma a 230-240 km/h para llegar a la frenada de la Repsol a aproximadamente 290 km/h. Ahí finaliza este primer sector que exige un compromiso entre velocidad máxima en la recta principal y estabilidad en la curva Renault.
El segundo sector es quizás el más atractivo. La sucesión de curvas a la derecha que empieza en Repsol, da paso a una corta recta y a una frenada brusca para afrontar la SEAT a izquierdas, es un gran punto del circuito. Tras SEAT viene la magnífica bajada en pos de la S que forman las curvas 7 y 8. Esa S en particular aglutina una curva como la 7, en la que uno se tira al vértice para escapar inmediatamente a la derecha, cogiendo el máximo de piano posible en la curva 8 y avanzar a toda velocidad a la curva Campsa. Entrar correctamente en la curva 7 garantiza (prácticamente) la mejor velocidad máxima antes de frenar ligeramente en Campsa (que es ciega y muy emocionante).
La curva Ciega de Campsa es clave también para afrontar la contrarrecta del Circuit, otro punto de velocidad pura. Si todo ha ido bien en la primera parte del sector llegamos a la fuerte frenada de la curva de la Caixa en las mejores condiciones para meternos de lleno en el tercer sector. El más complicado y lento desde mi punto de vista. Aquí las claves son tener máxima tracción para salir de La Caixa, mucho tacto para negociar Banc Sabadell y mucha finura para Europcar. Esta zona es crítica en cuanto a tracción, y lo que viene después de Europcar, la chicane que existe desde 2007, es una prueba de ello. Los pianos aquí, sobre todo el de la curva 15, no permiten muchas bromas y es mejor no interesarse mucho por coger de lleno este último para mantener las cuatro ruedas en al asfalto y prepararse para la última curva del circuito, clave cogerla al máximo posible para afrontar la recta principal con la máxima velocidad.
DRS
Tal y como sucediera el año pasado, el trazado de Montmeló tendrá dos zonas de DRS con el fin de favorecer los ya complicados de por sí adelantamientos. La primera de ellas se encuentra en la recta de contrameta donde previsiblemente puede ser suficiente para que el piloto de atrás pueda llegar a la frenada de la Caixa emparejado con el que le precede. La segunda zona de DRS es la habitual, en la larguísima recta de meta.
El tiempo
Como dice la canción, sol y buen tiempo. Como era de esperar, el Gran Premio de España se disputará bajo un sol radiante...aunque mezclado con más nubes de las esperadas. Es por ello que la temporatura ambiente no será tan elevada como se podría esperar para esta cita.