Gran Premio de México 1965: Richie Ginther da a Honda su primera victoria en Fórmula 1

Cuando Honda llegó a la Fórmula 1 en 1964, tan solo un año después de haber empezado a fabricar automóviles, nadie podía imaginarse la historia legendaria que tenía por delante ni tampoco que empezaría tan pronto como en su primer año completo en la Fórmula 1. Honda ya era una marca reconocida en motociclismo (aunque no desde hacía demasiado), por lo que algunos europeos entendían que los japoneses podían llegar arriba. Pero para Honda, 1964 y 1965 fueron una pesadilla.

Ningún punto el primer año (en el que solo disputaron tres pruebas) y solo dos puntos antes de llegar a la última carrera de 1965, en México. Por fortuna para ellos, un coche competitivo y esa suerte que les había faltado hasta el momento hicieron que Richie Ginther se encargara de darle la primera victoria a Honda a la vez que conseguía su primero (y único) triunfo en Fórmula 1. También fue la primera en Fórmula 1 para una marca de neumáticos tan conocida como Good Year en lo que fue la última carrera ganada por un motor de 1500 centímetros cúbicos.

Nadie hubiera dado a Honda como favorita antes del fin de semana pero hubo ciertos factores que jugaron a su favor. Tras los primeros entrenamientos libres, todos los pilotos a tener en cuenta se quejaban de un fuerte subviraje. ¿Todos? ¡No! Un irreductible equipo japonés... en fin, ya sabéis por dónde va la referencia. El caso es que en Honda no tuvieron ese problema que los coches de 1500cc tenían por la poca velocidad acumulada tras el ángulo y llegando a las eses, gracias a los Good Year.

Con todo esto, Jim Clark con los neumáticos Dunlop sorprendía a todos marcando la pole, aunque había dominado la temporada con el Lotus 33 así que según cómo se mire, no era tan sorprendente. Dan Gurney y Richie Ginther situaron a sus respectivos Brabham y Honda en segunda y tercera posición, completando la primera fila. Ambos con neumáticos Good Year, claro. Gurney comentaba antes de la carrera que le gustaría ganar después de cuatro podios seguidos pero reconocía que ver a su amigo Ginther ganar sería fantástico ya que Honda había tenido demasiada mala suerte.

Esa mala suerte que ahora les dejaba con los neumáticos que mejor funcionaban a esa altitud y en ese circuito. Mientras todos los rivales tenían que subir las presiones de los neumáticos delanteros hasta estar por encima incluso de los traseros (con todo lo que esto conllevaba), Honda podía seguir con la configuración habitual de tener más presión en el eje trasero. El ritmo del Honda era, por lo tanto, fantástico, y Ginther no desaprovechó la ocasión. En la salida arrancó como una bala y se situó en cabeza sin dar ninguna opción a sus rivales. No dejaría el liderato hasta la bandera de cuadros.

Por detrás, algunos rivales caían rápidamente mientras que otros se situaban en posición de luchar toda la carrera. Jim Clark pertenecía al primer grupo, abandonando tras tan solo ocho giros. Dan Gurney era de los del otro grupo, persiguienmdo a su compatriota durante toda la carrera y acercándose peligrosamente en los compases finales. Por detrás de los dos estadounidenses, los dos Ferrari rodaban juntos hasta que hubo contacto entre Lorenzo Bandini y el piloto local Pedro Rodríguez. Esto obligó a los dos coches rojos a volver a boxes y dedicar tiempo a reparar los coches, perdiendo mucho tiempo en el proceso y siendo los dos únicos coches que terminaron la carrera pero que no puntuaron.

Pedro Rodríguez no era el único piloto local que se encontraba en carrera, ya que Moisés Solana era habitual en el Gran Premio de México (compitió allí cada año entre 1963 y 1968, solo un par de carreras en Estados Unidos a parte de "su" carrera de cada año. Solana pilotaba, como era habitual, un Lotus-Climax oficial, pero no consiguió terminar la carrera. A pesar de una prometedora novena posición en parrilla, abandonó a diez vueltas del final cuando se encontraba luchando por obtener sus primeros puntos.

La carrera fue dura y vio bastantes abandonos, con tan solo ocho máquinas sobreviviendo al final. Richie Ginther aguantó el tipo con un Honda que se comportaba de maravilla pero con tan menos de tres segundos de ventaja sobre su compatriota y amigo Dan Gurney. El podio lo completó Mike Spence con el primer Lotus oficial en pista. A pesar de ser británico, Spence pasó tiempo en Estados Unidos compitiendo, con lo que los americanos estarían contentos con el resultado. De hecho, el segundo Honda, de Ronnie Bucknum, terminó en quinta posición.

La victoria de Honda era especialmente significativa por un número de razones. Ante todo, un nuevo constructor podía ganar en la Fórmula 1, lo que siempre era una buena noticia. También un nuevo fabricante de neumáticos se unía a la fiesta. Además, era un buen final para la época de 1500 centímetros cúbicos, con muy buenas expectativas para la vuelta de los 3000 centímetros cúbicos. Finalmente, era la victoria de todo un gentleman, un piloto querido por todos. Tanto sus compañeros como los equipos y los aficionados.

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