Cuando la Fórmula 1 llegó a Malasia por primera vez en 1999, había muchos puntos de interés, muchas cosas de las que estar pendiente. La Fórmula 1 competía por primera vez en el circuito de Sepang, que se inauguró ese mismo año con el Gran Premio de Malasia del Campeonato del Mundo de Motociclismo, pero los títulares los acaparaba Michael Schumacher. El alemán volvía a disputar una carrera desde su lesión en Silverstone, que le apartó de media temporada.
Pero el retorno tenia un puntillo interesante, y es que, puesto que Eddie Irvine luchaba por el campeonato con Mika Hakkinen, Schumacher se vería obligado a ejercer de segundo piloto, siguiendo la lógica de la Scuderia, en la que el piloto que tenga opciones de ganar tiene que recibir la ayuda de su compañero. Ninguna duda, Irvine tendría la ayuda del entonces aún bicampeón. Pero el Kaiser quería demostrar que seguía estando en forma.
Lo hizo con una pole position casi un segundo más rápida que el segundo clasificado, Irvine con el otro Ferrari. Hakkinen era cuarto, por detrás de David Coulthard, así que el Gran Premio se presentaba como otro capítulo de la batalla entre Ferrari y McLaren. Tras la salida, Schumacher dejó claro quien era el más rápido, durante unas pocas vueltas, antes de bajar el ritmo y dejar pasar a Eddie Irvine mientras él ralentizaba el ritmo de los dos McLaren.
Pronto sería solo un McLaren en competencia, tras el abandono de David Coulthard por problemas en la presión de la gasolina. Esto dejaba a los dos Ferrari en cabeza, y tras los pit stops, Schumacher volvía a estar en cabeza. El alemán estaba dispuesto a ayudar a su compañero de equipo, pero también parece que quería dejar claro que era capaz de rodar por delante. Así de voraz es el apetito de un campeón al que aún le quedaba mucho por delante en ese momento.
Una vez terminadas las paradas en boxes, pues, Schumacher volvió a bajar el ritmo para dejar pasar al piloto irlandés, que mantendría el liderato hasta el final en lo que, a la postre, fué su última victoria en la Fórmula 1. Pero no todo se acaba aquí. Una vez terminada la carrera y las celebraciones, la FIA descalificó a ambos Ferraris por encontrar una discrepancia en el tamaño de los deflectores laterales. El campeonato quedaba decidido a favor de Mika Hakkinen, con 12 puntos de ventaja antes de llegar a Japón.
Esto es lo que parecía que dirían los titulares, pero Ferrari apeló la decisión de la FIA, por lo que se condujo una investigación. Se acabó concluyendo que la discrepancia en unas ciertas medidas de los deflectores estaba por debajo de 5 milímetros, que era el límite en esta situación, por lo que los dos Ferrari volvían a recuperar sus posiciones y Eddie Irvine llegaba con cuatro puntos de ventaja a Japón, circuito que conoce como la palma de su mano tras su paso por la Fórmula Nippon.
Fué precisamente en las primeras ruedas de prensa previas al último gran premio de la temporada en la que, en un alarde de humildad, Irvine aseguró que Michael Schumacher estaba por encima de él. Añadió, entre risas, que no sólo era el mejor primer piloto sinó que, como lo demostró en Malasia, también era el mejor segundo piloto. Lo cierto es que, incluso después de dejar Ferrari, Eddie Irvine siempre mostró un gran respeto por el alemán, a quien considera abiertamente el mejor piloto de Fórmula 1 de su periodo.
Al final, desafortunadamente para Ferrari, no pudo ser, y después de un accidente en el warm up, Eddie Irvine estuvo por debajo de lo esperado y el título fué a parar a manos de Mika Hakkinen. Mucho se ha especulado sobre que Schumacher quizás no quisiera ayudar a Irvine en Suzuka, y algunos llegan a decir que Michael podría haber ganado esa carrera (lo cual le habría dado el título a Irvine) pero no lo hizo por evitar que el primer título de Ferrari en dos décadas no fuera suyo.
Misterios por resolver de la Fórmula 1. Que cada uno se forme su propia idea. Pero quizás en esto está la gracia. La Fórmula 1 puede ser tan clara a veces y tan espesa en otros casos, y eso, entre otras cosas, es lo que la hace tan grande. ¿Veremos este fin de semana una carrera tan histórica como la primera que se disputó en Sepang? ¡Esperemos que sí!