Si hay un piloto que recuerda la edición 2008 del Gran Premio de Hungría de forma especial, ese no es otro que Heikki Kovalainen. El finés lograba su primera victoria en la Fórmula 1 tras una temporada y media en el Mundial y 28 carreras disputadas.
La victoria del finés también era el tercer triunfo consecutivo de McLaren Mercedes. Aunque en la victoria de Kovalainen la suerte jugó un papel fundamental. A falta de tres vueltas para el final, Felipe Massa rompía el motor cuando era líder, dejando en bandeja de plata la victoria para el finés.
Tras la salida, el brasileño les robo la cartera a los dos pilotos de Mclaren y su ritmo hizo el resto, manteniendo a Hamilton, segundo en esos momentos, a una distancia de seguridad. Una pena que la falta de fiabilidad del motor Ferrari le quitara esta victoria. A final de temporada, problemas como éste son los que le impidieron luchar por el campeonato.
Por su parte, Fernando Alonso firmaba la mejor clasificación de la temporada, cuarto, a las puertas del podio y justo por delante del líder del mundial, Lewis Hamilton. El británico veía como su liderato peligraba, pero el abandono de Massa daba la vuelta a la moneda. Hamilton mantenía la posición de privilegio, aunque en ese momento, Raikkonen se colocaba en segunda posición del campeonato.
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