Gran Premio de Bélgica 1967: Dan Gurney hace sonar el himno de los Estados Unidos

La temporada de 1967 de Fórmula 1 es, para muchos, la culminación de la Fórmula 1 clássica. El último año sin alerones, sin publicidad cambiando la decoración en los coches, con tecnología muy distinta y con equipos y pilotos legendarios llenando la parrilla. Uno de estos equipos viene de Estados Unidos. El All American Racers de Dan Gurney, con un Eagle Weslake. Una máquina de las más bonitas (y con un sonido exquisito) que ha visto la Fórmula 1.

Después de una temporada difícil en 1966, el Eagle ya es rápido pero tiene problemas de fiabilidad. En Bélgica se alinean los astros y Dan Gurney hace sonar el himno de los Estados Unidos, llevando a un equipo norteamericano a ganar un gran premio de Fórmula 1 por primera vez (si nos olvidamos de las 500 millas). Es una carrera histórica para los Estados Unidos, y también para Dan Gurney, quien se une ese día a Jack Brabham en el selecto grupo de pilotos que ganan con sus propios coches.

El Gran Premio de Bélgica es el cuarto de la temporada y cuando la Fórmula 1 llega a Spa-Francorchamps, la duda es si el Lotus 49 con su revolucionario motor Cosworth se adaptó bien a Zandvoort o realmente es un coche tan capaz en otros trazados. Con Jim Clark y Graham Hill al volante, las expectativas son enormes. El equipo Lotus no decepciona y logra la primera y tercera posición con Clark y Hill respectivamente. Pero entre ellos, en primera fila, hay un invitado de excepción. Dan Gurney.

El norteamericano demostró en los entrenamientos que el Eagle Weslake se comportaba a la perfección en el rápido circuito belga, y consiguió igualar las prestaciones de Lotus. Quedaba claro que el coche de Gurney era uno preparado para triunfar en los circuitos rápidos. Ello se debe a una carrocería hecha de titanio y magnesio, muy ligera, y a una aerodinámica muy trabajada. Los Brabham, por su parte, con unos coches mucho más ligeros y preparados para circuitos de velocidad baja y media, no están muy arriba. No deberán ser contendientes para la carrera.

Cuando se da la salida, Clark se escapa sin problemas. Mientras tanto, en Blanchimont Mike Parkes sufre un serio accidente tras perder el control de su Ferrari. Por culpa de fracturas en ambas piernas, su carrera de Fórmula 1 se termina ya que el británico pasa a tenerle demasiado respeto a la categoría como para volver. Seguiría corriendo en sport-prototipos durante unos años, antes de perder la vida en un accidente de tráfico. Pero volviendo a la carrera, Clark domina y tras once vueltas tiene veinte segundos de ventaja pero entonces se le complica la carrera.

El escocés tiene que parar a boxes y cambiar una bujía, lo que le hace perder dos minutos de precioso tiempo. Con esto, era Jackie Stewart, quien estaba en cabeza, con una sólida ventaja sobre Gurney, quien tuvo que parar por un problema en la presión de la gasolina. Pero nadie está a salvo en el viejo Spa, y Stewart tuvo que lidiar con sus propios problemas también. Problemas que han pasado a la historia por la bravura del otro escocés volador.

La caja de cambios empezó a fallar, de manera que en determinados momentos la palanca de cambios "saltaba", volviendo a punto muerto. Dejando de lado lo peligroso que sería que algo así sucediera en Masta, por ejemplo, esto podía causar una rotura de motor si este subía demasiado de vueltas. Pero Stewart encontró la manera. Puesto que el BRM tenía la particularidad de tener la palanca de cambios a la izquierda (como los coches de calle británicos), pudo usar su mano izquierda para mantener la palanca en posición y pilotar solo con la mano derecha.

Esto, que suena tan increible, es parecido a lo que los pilotos tenían que hacer en Mónaco. Había tantos cambios de marcha que no era extraño verles pilotar con una mano más de media vuelta. Pero claro, las velocidades son muy distintas, y en Spa esto era más peligroso y más enervante. Stewart intentó mantener el liderato pero Dan Gurney venía con una increible pasión, marcando vueltas rápidas y destrozando el récord del circuito. Gurney llegó a marcar una velocidad punta de unos 315km/h; increible teniendo en cuenta que el motor daba poco menos de 400 caballos.

Gurney consigue alcanzar a su rival y le supera sin demasiados problemas, venciendo la carrera con más de un minuto de ventaja. Puede que BRM necesitara una victoria que habría sido importante en caso de lograrla con el P83, pero para Eagle es aún más histórica. Se trata de la estrena en el podio para el equipo, y la primera victoria para Gurney desde 1964. El podio lo completa Chris Amon con Ferrari. Al año siguiente, Bruce McLaren haría que Spa viviera otra estrena, consiguiendo el primer triunfo de su propio equipo. Pero esto es ya otra historia.

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