Este año, el Gran Premio de Baréin cumple su décimo aniversario en la Fórmula 1 y casualmente, su décima carrera en la categoría reina (debería ser la undécima pero todos recordamos el fiasco de 2011). Por ello, el cambio de horario les va de perlas como celebración. Esta carrera empieza a tener sus años y aunque no es un clásico de la Fórmula 1, sí que nos hemos acostumbrado a su presencia. Todo empezó en 2004, en un primer Gran Premio de Baréin con dominio rosso y victoria de Michael Schumacher.
La Fórmula 1 llegó a la tercera carrera de 2004 con dos victorias del alemán de Ferrari (con doblete en Australia incluido) en lo que empezaba a ser una situación que hacía saltar las alarmas de los rivales de Williams, McLaren y en menor medida, Renault. El F2004 era un monoplaza espectacular y parecía difícil igualarles. Otra situación que alarmaba a los ya mencionados equipos más tradicionales en la zona alta de la parrilla era la evolución de BAR-Honda.
Aunque Takuma Sato había tenido un arranque complicado, Jenson Button llegaba a Sakhir en cuarta posición del campeonato tras un podio en Sepang. Además, el monoplaza de su equipo se veía competitivo. Mientras tanto, los otros dos pilotos en haberse subido al podio en las dos primeras carreras del año eran Juan Pablo Montoya, segundo con el Williams en Malasia y Fernando Alonso. El asturiano empezaba un segundo año en Renault que sería complejo por los objetivos marcados y por el cambio de concepto desde 2003.
Hasta el año anterior, Renault había apostado por el famoso motor de 111º. Esta opción les daba una tracción espectacular pero se había demostrado que faltaba potencia. Para la temporada 2004, Renault hizo el salto a un ángulo de las bancadas más convencional de 72º. Por muy bien que se trabajara, era un concepto completamente nuevo que influiría tanto al motor como a la aerodinámica del R24. El inicio había sido bueno, con un tercer puesto en Melbourne. Pero faltaba aún trabajo por hacer.
Michael Schumacher y Rubens Barrichello golpearon más fuerte en la sesión clasificatoria, con los Williams justo detrás y los BAR-Honda en la tercera fila de parrilla. En cuanto a Fernando Alonso, varios problemas le relegaron a la décimoséptima posición, con lo que el domingo se plantearía como una carrera de remontada. La carrera tuvo historia, con un paseo militar de los Ferrari, que dominaron la carrera. De hecho, solo dejaron de liderar una vuelta cuando ambos habían parado a boxes justo antes de que Jenson Button lo hiciera.
El británico pasó en cabeza por meta en el undécimo giro antes de pasar por boxes, devolviendo la carrera a su situación normal. Rubens Barrichello lideró varias vueltas parando más tarde que su compañero de equipo pero Schumacher siempre tuvo la sarten por el mango y terminó obteniendo la victoria por delante de Barrichello, a un segundo de su jefe de fila. Jenson Button consiguió su segundo podio del año, tercero a más de 25 segundos del primer clasificado.
Ayudado por los abandonos de los McLaren y un ritmo deficiente de los Williams en carrera, Fernando Alonso firmó una muy buena remontada, terminando el gran premio en sexta posición. Lo haría poco por delante de Ralf Schumacher y justo detrás de Takuma Sato, quien defendía su posición como si le fuera la vida en ello. Al final, a pesar de salir diez posiciones por detrás de su compañero de equipo Jarno Trulli, consiguió terminar la carrera a tan solo dos posiciones de distancia.
Claro que en este caso, los veinte segundos que separaban a los dos pilotos explicaban la historia. El Renault había sido un coche muy competitivo en Baréin y Trulli fue el único piloto en poder amenazar la tercera posición de Jenson Button. Por ello era natural que en las manos de un piloto como Alonso, se consiguiera llegar a los puntos. Unos puntos que a esas alturas del campeonato eran vitales ya que situaban a Renault en tercera posición de la clasificación de constructores.
La temporada 2004 vivió un dominio abrumador de la Scuderia Ferrari más adelante, con BAR y Renault luchando por obtener un subcampeonato más que valioso. Mientras que los primeros se centraron en 2004 y perdieron el tren en las siguientes temporadas, los chicos de Renault entendieron que un tercer puesto en el primer año del motor de 72º era ya un éxito y había que centrarse en buscar el mejor rendimiento de cara a la temporada 2005. Al final, fue una decisión acertada aunque eso es una hisoria para otro día.