En esta ocasión y en nuestro tradicional palada de cal y de arena para la carrera del Gran Premio de China, creo que nadie discutirá que la primera de ellas junto con un montón de aplausos y felicitaciones es para Fernando Alonso y su bien merecido tercer peldaño del podio.
Realizó una soberbia salida del quinto al tercer lugar, se atrevió a meter el coche a Sebastian Vettel en la primera curva y luego supo conservar las ganas para en una buena estrategia, entrar de los primeros en boxes a hacer el cambio de ruedas y beneficiarse de los neumáticos frescos para adelantar al alemán cuando este cambió también las ruedas
También es destacable que aguantase al alemán detrás antes de que se diluyese, tanto que la palada de arena va directamente en esta ocasión contra Sebastian Vettel.
Porque de nuevo con un coche bueno, concretamente el segundo mejor de la parrilla como demostró su compañero Daniel Ricciardo, no fue capaz de llegar más allá de la quinta posición en una carrera que fue de más a menos.
Al menos fue muy sincero en las entrevistas después de carrera. Lo fácil hubiese sido decir que tuvo problemas y sin embargo respondía que simplemente no podía ir más rápido con el coche, algo que sí estaba consiguiendo Ricciardo.
Mientras tanto, Fernando Alonso se deshacía de él, aguantaba todo lo que podía a Nico Rosberg y finalmente al otro Red Bull. Y por radio oíamos pedir a Sebastian Vettel que siguiese en pista. Pero, ¿no quedamos en que no tenía ningún problema? Entonces, ¿por qué pensaban o creían que iba a abandonar? Aquí hay una cortina de humo y no es debida a la contaminación de la ciudad de Shanghái...
En Motorpasión F1 | Gran Premio de China