Por primera vez esta temporada, la Fórmula 1 cruza el charco para visitar Norteamérica y más concretamente el ya habitual Gran Premio de Canadá. Un viaje que debería ser doble, para aprovechar y disputar el Gran Premio de América en Nueva Jersey, una cita que seguirá teniendo que esperar.
Por 34ª ocasión, los monoplazas de la máxima categoría aterrizan en el circuito Gilles Villeneuve de Montreal y lo hacen en una temporada de 2014 marcada por el total dominio de Mercedes AMG. En seis grandes premios, Nico Rosberg y Lewis Hamilton sólo han dejado para sus rivales dos vueltas rápidas (Vettel en el Gran Premio de España y Räikkönen en Mónaco) y es de esperar que en Canadá vivamos más de lo mismo.
El análisis del circuito
La pista canadiense de 4,361 kilómetros es una de las más rápidas del año y una de las más desafiantes, ya que frente a la moda ultra segura de las escapatorias kilómetricas en las nuevas pistas (que si están asfaltadas hasta hacen las veces de pista improvisada), en Montreal llegamos a un circuito de los de toda la vida. Con sus razonables escapatorias, pero con muchos puntos que no perdonan el error de pilotaje, ni el accidente fortuito, ni por supuesto pensar en trazar mucho más allá de las líneas blancas y pianos.
Montreal es un circuito que propicia grandes luchas, y es una de esas pistas en las que queda relegado a un segundo plano esas expresiones de “este circuito tiene 1-3 puntos de adelantamientos”. En Montreal, el piloto que sabe encontrar los huecos tiene muchas curvas y puntos dónde hacerlo. La baja carga aerodinámica de los monoplazas, dependiendo del agarre mecánico mucho más en los puntos más lentos como seis de las primeras siete curvas del trazado también ayuda a ello.
DRS
Tal y como viene siendo habitual desde que la FIA decidió ubicar dos zonas de DRS en los circuitos, el Gilles Villeneuve contará con dos zonas de DRS consecutivas con un sólo punto de medición. La zona de medición se realizará a la entrada de la horquillas mientras que las dos zonas elegidas son las dos largas rectas, la previa al Muro de los Campeones y la recta de meta, inmediatamente espués aunque esta última, debido a su corta longitud no suele ser muy propicia salvo intentos arriesgados.
El tiempo<z/h2>
La previa de Brembo
La previa de Pirelli
Con 14 curvas resulta ser al menos un circuito equilibrado para el desgaste de los neumáticos. Quizás con un poco más de castigo para los del lado izquierdo, sobre todo por la horquilla previa a la recta de atrás y el viraje de Senna, las primeras dos curvas que se hacen como una, y también tienen la complicada salida de boxes. Los monoplazas darán 70 vueltas, y no son descabelladas las estrategias a una única parada, e incluso tres pueden ser acertadas pero se tienen que dar muchos factores a favor. Y uno de ellos son los habituales coches de seguridad que se dan en Montreal. Lo de siempre, que igual le llegan a solucionar una carrera al piloto que tirársela por tierra.