Llegamos al Gran Premio de Singapur, el urbano nocturno en el que las temporadas anteriores vivimos grandes carreras de Fernando Alonso con polémica de por medio incluso. Se trata de un sinuoso y complicado trazado de 5.067 metros de longitud que cuenta con una buena ración de curvas de 90º (aproximadamente), como ocurre en muchos trazados urbanos. El Marina Bay es un complejo trazado y en alguna de sus zonas no ofrece descanso alguno en el pilotaje, no hace falta más que ver en detalle el sector 3, o la última sección del 2.
La carrera será a 61 vueltas bajo lo que parecen rayos y centellas según la previsión del tiempo, algo que va a complicar las cosas posiblemente mucho a los pilotos dependiendo de la suciedad de la pista. Y por supuesto, va a dejar la visibilidad en una simple anécdota.
Requisitos básicos para la puesta a punto en Marina Bay
Un circuito urbano siempre es diferente a cualquier otra cosa conocida. Normalmente son necesarios ajustes especiales, como en el caso de Mónaco, otras veces lo urbano se adivina porque se asienta en la ciudad, como en Valencia, aunque sea un circuito sensiblemente rápido. En Singapur lo que se necesita es trabajo constante con el volante, se necesita más preparación del piloto para soportar la humedad, el calor y los continuos baches del trazado que preparación especial del coche.
Dejando de lado un momento la “puesta a punto del piloto”, para el monoplaza se presenta una papeleta similar a Mónaco por la cantidad de curvas de baja velocidad que hay, que requieren un compromiso entre la estabilidad en frenada y la estabilidad en curva, y además la tracción a la salida. Se utilizan configuraciones aerodinámicas altas por regla general, y en parte debido a ello y a la cantidad enorme de curvas del circuito, los frenos y neumáticos sufren mucho en este circuito. Son otras dos claves junto al agarre en pista, ya que inicialmente el grip es muy pobre, pero progresa a medida que pasan las jornadas.
El motor no debería sufrir demasiado pues no hay grandes zonas de acelerador a fondo, sin embargo la condición de circuito de “parada y fuga”, curvas lentas y aceleración rápida a la salida, puede repercutir en la salud de los motores con más kilómetros a sus espaldas. Interesa una relación de cambio corta (poco espacio entre marchas) que permita acelerar rápidamente pero no es necesario que se alcance una gran velocidad punta, que andará por los 300 km/h. Así también sería ideal que los motores respondiesen con buen par a bajas revoluciones, cosa que le dejamos al mapa motor. Una de las razones es la de poder pisar pronto el acelerador, y también evitar el exceso de nerviosismo del monoplaza cuando está engranada una marcha corta muy revolucionada.
Lo que sí, estemos atentos al tiempo, porque si de verdad llueve en el Marina Bay vamos a presenciar una carrera loca totalmente, carrera en la que espero que se cumpla la tradición y venza Jenson Button. Entre otras cosas porque se ha preparado a fondo físicamente para esta prueba, y porque está siendo muy inteligente durante todo el año. Veremos, ya queda nada y menos para el GP de Singapur.
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