El propio Fernando Alonso lo comentaba el jueves, tenían que empezar a recortar diferencias respecto a Sebastian Vettel en el Gran Premio de Gran Bretaña o se despidían de sus opciones al campeonato de pilotos. El español se agarró a las opciones que surgieron en la carrera y se hizo con la victoria. Una victoria que no lograba desde el Gran Premio de Corea del Sur de la temporada pasada.
No hay que pasar por alto que se vio favorecido por la retención que sufrió Sebastian Vettel en su segunda parada de boxes. El alemán perdió el suficiente tiempo como para Fernando Alonso le rebasara en su paso por boxes. A pesar de ello, el Ferrari 150º Italia del español demostró que hoy era el rival a batir en Silverstone. El asturiano tuvo un ritmo bestial que, una vez en cabeza, fue inalcanzable para sus rivales. Tanto, que incluso le permitió firmar la vuelta rápida de carrera.
La lluvia fue un pequeño incordio en el inicio. Este hecho obligó a calzar los neumáticos intermedios en los primeros compases de la prueba. La arrancada se iba a ver comprometida por ello. Iba a haber que andarse con mucho ojo para no tener sustos. El trámite pasó sin apenas sorpresas, a excepción de un Felipe Massa que traccionó y que enseñó un poco el morro. Ahí se iba a quedar la cosa porque Alonso conservaba la tercera plaza antes de encarar la primera curva.
Las primeras vueltas el español se las tomó con relativa calma. La pista no estaba para demasiadas alegrías y la tercera plaza era un buen lugar desde el que divisar el horizonte. Por momentos se acercaba a Mark Webber, pero cuando el australiano se le puso a tiro éste encontró el ritmo del que había adolecido.
Llegaron las primeras paradas en boxes y produjo el característico baile en las posiciones. Se produjo el lógico cambio de intermedios por blandos y empezaba una nueva carrera. Lewis Hamilton se aprovechó de haber parado un poco antes que el de Ferrari, que tuvo sus característicos problemas para calentar las gomas en las primeras vueltas. El español perdió momentáneamente la tercera plaza en favor del inglés. Una vez los neumáticos llegaron a su temperatura ideal de funcionamiento, Alonso recuperó el terreno perdido y se deshizo fácilmente del inglés. Empezaba su particular lucha contra el reloj para alcanzar a los Red Bull.
El giro final se produjo en la segunda parada de boxes. Mark Webber y Sebastian Vettel no tuvieron la suerte de cara y tardaron más de la cuenta en cambiar neumáticos. Hecho que aprovechó Fernando Alonso para aúparse a la primera posición. Plaza que no abandonaría en lo que restaba de prueba. Hoy era el día para reeditar el triunfo.
En el último stint, Fernando Alonso rodaba más de un segundo por vuelta más rápido que Sebastian Vettel. En los instantes finales de la prueba los únicos que lograban rebajar el 1:36 de forma regular y constante eran ambos Ferrari. Si hay algo en lo que el español es imbatible es en ponerse a rodar como un reloj vuelta tras vuelta.
Desde ahí y hasta el final no pasó nada raro y el asturiano se hizo con la victoria. Victoria muy trabajada de un Fernando Alonso que logró mantenerse con la cabeza fría en las primeras vueltas y cuando se vio rebasado por Lewis Hamilton, momento en el que se veía relegado a la cuarta posición.
Con todo el español se queda a 92 puntos de Sebastian Vettel. Quedan diez grandes premios por delante, 250 puntos en juego, y demostraciones como la de hoy nos invitan a no perder la esperanza. Está muy complicado luchar por el campeonato, pero en la Fórmula 1 todo es posible. Y no hay que olvidar que el circuito de Silverstone era, a priori, mejor para Red Bull que para Ferrari.
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