Quién nos iba a decir que un nuevo GP que se encontraba más en el aire que otra cosa por no haber podido cumplir estrictamente los plazos de construcción y compromiso con la Fórmula 1 iba a ser el escenario de semejante vuelco del campeonato. Y lo más gracioso es que el circuito de Yeongam en sí y sus visuales carencias no han tenido nada que ver en el duro mazazo que ha resultado para Red Bull Racing. Y es que de llegar al GP de Corea liderando la tabla con Mark Webber y con Sebastian Vettel empatado a puntos con Fernando Alonso, se van con todo ello de menos.
Tras el doble KO que ha supuesto el nuevo GP en Corea del Sur para la escudería austríaca, Mark Webber es el que lo tiene más claro de cara al Campeonato del Mundo de Pilotos con 11 puntos de diferencia con Fernando Alonso, actual líder tras su victoria en Yeongam. Sebastian Vettel aún tiene opciones, pero dependería de alguna que otra catástrofe en el trío que en una carrera se le han montado por encima en la tabla. Y a ser posible ganar una de las dos carreras que quedan. Unas probabilidades bastante remotas, más incluso que las que deben estar barajando en estos momentos en Woking con Lewis Hamilton.
El escenario más desconocido y trivial del año para todos ha impuesto que en Red Bull se templen los ánimos. Todavía estoy sorprendido de cómo han conseguido el doble cero este fin de semana. El primer error fue el de Mark Webber, que se subía al piano exterior abriéndose más de la cuenta en una de las curvas enlazadas. Un tremendo error que le llevaba a pisar hierba y barro (en esos momentos con la lluvia) que no le perdonaron el desliz o exceso de confianza intentando avivar su ritmo tras un Sebastian Vettel que abría hueco curva tras curva.
El segundo fue la nueva rotura de motor en manos de Sebastian Vettel tras imponer un fuerte ritmo de carrera dentro de lo que daban las circunstancias. Aunque justo en esa vuelta el equipo avisaba de que los frenos volvían a dar guerra en el Red Bull RB6 del alemán. Dos bestias negras en Red Bull durante toda la temporada, y que curiosamente se dan sobre todo en manos de Sebastian Vettel en carreras dónde brilla sin discusión, y en concreto con los frenos, de no haberse dado la rotura de motor ya habría vendido barata la victoria de la carrera en favor de Fernando Alonso.
Quedan dos carreras. Y qué carreras. Interlagos en Brasil y Yas Marina en Abu Dhabi. Dos circuitos para nada lentos ni que destaquen por ser compasivos con los motores. Mark Webber estrenó su último motor nuevo este fin de semana. Bien interesa que no haya quedado muy tocado tras el accidente, pues recordemos que los impactos en el eje trasero de los monoplazas son fatales para el conjunto motor-transmisión.
Y de ser así, pues tanto por el australiano como por Vettel, conviene que en Red Bull tengan un par de motores (quien dice dos, dice tres por lo que pueda pasar) en estado de garantías de aguantar, sobre todo, la paliza de Interlagos dentro de dos semanas. Porque en Red Bull, si quieren ganar y sobre todo lograr el doblete del año que tenían casi amarrado, no les queda otra que ganar y arrasar en las carreras que quedan sin esperar fallos de los rivales. Que si se suceden, que sucedan… pero no pueden perder el tiempo.
2010 estaba siendo sin duda su año, y en un fin de semana a dos carreras del final los toros rojos han recibido un capotazo y un par de banderillas negras en el momento menos oportuno. Lo primero por el error de Webber que todo sea de paso, no se prodiga con ellos. Y lo segundo por las que son seguramente las mayores inquietudes de Adrian Newey esta temporada a nivel técnico: las inesperadas roturas de motor y los concurrentes fallos de los frenos sobre todo hablando por Sebastian Vettel. Ya han sonado los tres avisos en Yeongam. Toca templar los nervios en Milton Keynes.
En Racingpasión | GP de Corea del Sur 2010