Spa-Francorchamps me parece el mejor circuito del mundial, sin lugar a dudas. Hay muchos muy buenos, y seguro que todos tenéis un preferido, pero Spa reúne todo lo que se le puede pedir a un circuito de carreras. Tiene largas rectas donde poner a prueba la potencia y velocidad; curvas completas, y por completas me refiero a con todos los ingredientes para ser recordadas; desnivel durante todo el largo de la pista y lo que es mejor, el punto especial: Eau Rouge.
Es una pista que se recuerda por un detalle en especial, y eso la hace diferente. Centrándonos en el trazado en sí son algo más de siete kilómetros de longitud (7.004 metros), y sus características hacen que en el setup, la puesta a punto, sea crucial conseguir la máxima velocidad posible en las rectas como Kemmel o la subida a Blanchimont (antes de la chicane), y a la vez conseguir el máximo apoyo en frenadas y en las curvas. La mayor parte de las curvas de Spa son medias-rápidas, apenas un 30% de las mismas se toman a menos de 150 kilómetros por hora.
Claves (aproximadas) de la puesta a punto
Ese es el principal atractivo de Spa, casi 20 curvas y entre ellas tenemos las curvas rápidas que necesitan de apoyo aerodinámico, los cambios de dirección rápido que necesitan suspensiones decididas y también las curvas más lentas que necesitan una tracción impecable. Además las dos largas rectas hacen que tener una velocidad punta alta sea interesante. Es por este motivo que la configuración aerodinámica se establece normalmente en el medio, “ni mucho, ni poco”.
Las suspensiones siempre son claves, no voy a descubrir la pólvora, pero en Spa tienen un punto más de interés gracias a, precisamente, esa amalgama de curvas rápidas, lentas y cambios bruscos de dirección: el reglaje debe ser permisivo con todo, en general es relativamente duro para mejorar la eficiencia aerodinámica en las curvas rápidas y permitir los cambios rápidos de dirección con la mayor precisión. La clave es conseguir el máximo en este sentido sin perder excesivamente en las curvas lentas (Chicane y La Source principalmente).
Las exigencias más evidentes de este circuito son el desgaste del motor y los neumáticos. Ambos elementos sufren más de la cuenta en general, durante todo el circuito. Es decir que la fiabilidad puede ser clave en esta carrera, a pesar de que este 2011 no estamos viendo apenas fallos mecánicos (de motor menos). Me escama, la verdad, que Pirelli traiga a Spa los compuestos blandos y medios teniendo en cuenta que siempre se ha dicho que el circuito es muy duro con los neumáticos.
Otros puntos menores pero interesantes son la altura del chasis con respecto al suelo, que está limitada por la compresión (límite) en el “valle” entre Eau Rouge y el Raidillon. En tema de frenos no hay mayores problemas, es de los circuitos más “fáciles” para ese elemento mecánico.
En resumen, apasionante. Es un circuito bonito para ver y disfrutar de la carrera, es muy técnico y también interesante en cuanto al trazado, y necesita una puesta a punto muy fina, siempre dependiendo (claramente) del piloto. Y eso es porque es uno de los pocos circuitos que nos quedan donde se ve que las manos del piloto son importantes.
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