19 años en la Fórmula 1 y más de 300 carreras. A pesar de ser el piloto más experimentado de la parrilla, el Gran Premio de Australia se le atragantó por completo a Rubens Barrichello. El sábado, tras pasar la Q1, el brasileño la “lió” saliéndose de pista en la curva Sports Centre. El coche se queda empanzado terminando ahí su calificación y mandándole a la decimosexta posición de la parilla. Muy atrás teniendo en cuenta que de Williams esperamos mucho este año.
Ayer, en la salida, Barrichello incluso llegó a empeorar la situación cayendo posiciones pero poco a poco, Rubinho arregló parte del entuerto del sábado metiéndose en la lucha por los puntos. La posición que se merece un Williams. Una vez allí, en un cruce de cables digno de un piloto con un décimo de su experiencia y con la ayuda del KERS (el vídeo demuestra que el sistema al menos sirve para acercarte y mucho a tu rival) trató de adelantar a Nico Rosberg en una de esas maniobras que podríamos definir como adelantamiento optimista. De esos que nunca acaban bien. Una maniobra que me ha recordado a Michael Schumacher y Jacques Villeneuve en Jerez en el 97. ¿Llegar y meterse todo en la misma maniobra?. Cuanto menos, complicado.
Rubens Barrichello acabó con la carrera de Rosberg y con la suya propia. Drive trough de esos que nadie discute. Al menos le sancionan en una carrera que ni llegó a terminar y no le imponen una sanción de 5 posiciones en la parrilla para la próxima. Malasia, será una nueva oportunidad para Barrichello y para Williams. Olvidemos cuanto antes el Gran Premio de Australia.
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