Hace unos meses revivimos la obra maestra de Pedro de la Rosa en la Fórmula Nippon con su título de 1997. Hoy nos llega el turno de ir a sus orígenes y ver exactamente qué es lo que hizo que los japoneses vieran en él a un futuro campeón capaz de imponerse en la Fórmula Nippon y el campeonato japonés de GT's en una misma temporada, ganándose el título de Nippon Ichi. Se trata del título de la Fórmula 3 japonesa que ganó en 1995.
Con un dominio parecido al que ejercería tan solo dos años más tarde en la Fórmula Nippon, el español dominó la categoría con mano de hierro, imponiéndose en ocho de las nueve carreras disputadas (diez programadas), lo que implica el mayor porcentaje de victorias de un piloto en un año en la categoría desde su creación, con un absolutamente espectacular 88,88%. No hay palabras para describir el dominio que ejerció De la Rosa en la que era su primera temporada en el campeonato.
Como debutante en la categoría, tuvo que aprenderse los circuitos de Suzuka, Tsukuba, Mine, Okayama, Sugo, Fuji y Sendai. Seis trazados nuevos donde los pilotos locales siempre tendrían ventaja. Ellos habían crecido allí y no solo los conocían de una o dos temporadas. En la mayoría de casos, los conocían de toda una vida, aunque por supuesto Fuji y Suzuka serían los trazados que más pilotos tendrían por la mano. Igualmente, eran quizás los más complejos y donde el talento más se nota.
El catalán llegó a la Fórmula 3 japonesa en buena forma, marcando la pole position y pisando fuerte hasta la victoria en el siempre desafiante circuito de Suzuka. Era un gran inicio; el mejor que podía haber. Las cosas se complicaron un poco (para todos) con la cancelación de la segunda carrera, que debería haberse disputado en el Fuji Speedway. Con esto, el campeonato quedó reducido a nueve carreras en total, de las que Pedro había ganado la única disputada hasta el momento.
Con la llegada de la segunda carrera disputada, Satoshi Motoyama dejó claro que no pensaba dejarse ganar por alguien de fuera y se impuso en una carrera emocionante contra De la Rosa, que terminó en segunda posición. La lucha iba más allá de lo que se ve a primera vista. Aunque ambos pilotos usaban los Dallara F395, De la Rosa utilizaba motor Toyota mientras que Motoyama montaba el Mugen-Honda. Lógico, ya que Pedro formaba parte del equipo TOM's, siempre ligado a Toyota, con Motoyama compitiendo para Dome, equipo de tradición Honda (¡y sobre todo Mugen!).
Pero para llegar a la Fórmula 1 como era el objetivo del piloto con el número 7, a veces hay que dar golpes sobre la mesa y De la Rosa supo hacerlo. En la tercera carrera, en Mine, recuperó la victoria. Luego, repitió en Suzuka y así siguió hasta el final. Fueron siete victorias seguidas que demostraron que su nivel estaba muy por encima del de los demás. Cierto es que contaba con un gran equipo pero también tenía inconvenientes y ganar en 1996 en lugar de hacerlo en su primer año no habría sido una deshonra.
Pero evidentemente, Pedro tenía otros planes y quería ganar rápidamente para subir a la Fórmula Nippon, donde le esperaba un desafío superior con unos coches mucho más rápidos. Ahí sí que tuvo que aprender durante una temporada antes de lanzar el ataque al título. Así pues, el primer año en Japón se saldó con un resultado espectacular y con unos números de aúpa. Especialmente teniendo en cuenta que eran los números de un debutante.
Ocho victorias sobre nueve carreras con un récord de podios perfecto. A Pedro de la Rosa le faltaron los tres puntos de la victoria de Satoshi Motoyama para realizar una temporada perfecta. Además, consguió cuatro poles, demostrando no solo un ritmo de carrera espectacular sino también la capacidad de adaptarse rápidamente y estar arriba a una sola vuelta, lo que suele costar más a alguien que empieza a conocer los circuitos ya que una vuelta de clasificación suele suponer ir más al límite.
Con estos resultados, era de esperar que Pedro de la Rosa fuera al Gran Premio de Macao con el mismo equipo con el que competía en Japón, en el que era su segunda participación en la más importante carrera de Fórmula 3 del año. Lo que ya no era de esperar era que consiguiera subirse al podio, siendo con una espléndida tercera posición el primer piloto de la Fórmula 3 japonesa y el primero en pista con motor Toyota. Solo le superaron el ganador, Ralf Schumacher, y Jarno Trulli, ambos futuros pilotos de Fórmula 1 que acabarían subiéndose a lo más alto del podio. A Pedro solo le faltó eso, pero esta sería otra historia.
Top 10 Fórmula 3 japonesa 1995
| Pos. | Piloto | Puntos válidos | Puntos totales | | 1 | Pedro de la Rosa | 54 | 78 | | 2 | Satoshi Motoyama | 37 | 43 | | 3 | Hiroki Katoh | 29 | 31 | | 4 | Ryo Michigami | 22 | 27 | | 5 | Phillipp Peter | 17 | 17 | | 6 | Juichi Wakisaka | 10 | 10 | | 7 | Takeshi Soda | 10 | 10 | | 8 | Naoki Yokobayashi | 3 | 3 | | 9 | Yuji Tachikawa | 3 | 3 | | 10 | Atsushi Kawamoto | 3 | 3 |