Aunque el reciente Gran Premio de Hungría resultó una carrera muy emocionante, no es menos cierto que diversas situaciones muy particulares como el asfalto mojado, las dos salidas del Safety Car y la clasificación atípica de Lewis Hamilton, entre otras, originaron todo lo que se pudo observar. Pero hay que estar claros, Hungría fue una excepción en lo que llevamos de calendario y los responsables de la Fórmula 1 también lo entienden así.
Bernie Ecclestone está consciente del bajón de audiencia en mercados claves. También presenció, en Alemania, la apatía del público local. De allí que este fin de semana se reunió con algunos jefes de escuderías, y con Flavio Briatore, para sugerir, debatir e intercambiar opiniones acerca de la aplicación de ciertas medidas, como el "método del lastre", es decir añadir un peso adicional de 20 kilos al coche victorioso y restar peso, en orden decreciente, a los otros coches que consigan puntos. La idea es incrementar el espectáculo deportivo en pista para recuperar el interés de los aficionados.
El sistema del lastre se aplica con éxito en otras categorías del automovilismo como el DTM, BTCC y el WTCC y su esencia es nivelar los rendimientos para aumentar la acción, ya que un coche dominante puede estar en desventaja con respecto a sus rivales. El sistema también se aplica en otros deportes como las carreras de caballos, pero en el caso de la Fórmula 1 habría que ver la reacción de los fanáticos, ya que la aplicación aleja aún más a la categoría de aquello considerado tradicional.
Por otra parte, Ecclestone decidió acercarse a Flavio Briatore para encargarle la tarea de analizar algunos cambios para que las audiencias televisivas retornen. Un informe señala que el índice de espectadores ha descendido en un 30 por ciento con respecto al 2013, año que también reportó pérdidas a nivel televisivo. Esa reducción de audiencia tiene mucho que ver con los ingresos que percibe la FOM y todo el mundo está al tanto de lo que sucede cuando se afectan los intereses de Ecclestone y sus socios. Así que situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas y es allí donde entra en escena Briatore, expulsado de la Fórmula 1 tras hacerse público su método fraudulento para ganar el Gran Premio de Singapur 2008, pero sin duda, el polémico gerente italiano tiene idea de lo que gusta a las masas.