A alguien que siente pasión por este deporte se le hace duro tener que hablar de noticias como esta. Y es que dos accidentes mortales en dos rallyes europeos diferentes, han ensombrecido este fin de semana la categoría y de nuevo han hecho que los informativos se acuerden de ellos por el mismo hecho de siempre y no por la competición en sí.
El primer hecho desafortunado se producía en Bélgica. El Sezoens rally veía como la vida de dos de sus participantes, Roel Vrolix y Stef Winters, se esfumaba tras un accidente durante el transcurso de la prueba. Al parecer el Mitsubishi Lancer en el que competían ambos se salía de carretera y chocaba violentamente contra un árbol, incendiándose inmediatamente.
Tanto piloto como copiloto lograban ser extraídos del coche, pero ambos fallecieron en el helicóptero y la ambulancia que los trasladaba hasta el hospital más cercano. Los organizadores decidían dar por terminada la prueba tras recibir la trágica noticia.
El otro punto fatídico se encuentra en Francia, en la zona de Var donde se disputaba el Rallye des Maures, prueba perteneciente a un regional francés. Al parecer, dos espectadores fallecían, y 17 resultaban heridos, tras ser atropellados por el vehículo número 63, después de que su piloto se equivocara de dirección en una de las curvas y se abalanzara sobre los aficionados que se encontraban mal situados en una de las escapatorias.
Trágicas noticias que nos obligan también a mirarnos “el ombligo” y dirigir los ojos hacia la seguridad de nuestros rallyes y de la situación de los espectadores. Y es que en Cantabria hemos podido ver este mismo fin de semana, ejemplos perfectos de dónde alguien que aprecia su vida no debe situarse.