Ferrari y sus inesperados pilotos: Política y traición

Quiero veinte mil libras por temporada, el cincuenta por cierto de los premios y el cincuenta por ciento de los bonus, además de un coche de calle para mi uso personal. También quiero seguir compitiendo en la Fórmula 2 con el equipo de Ken Tyrrell.

Jackie Stewart tenía muy claro lo que quería cuando se sentó en el despacho de Enzo Ferrari en Fiorano para discutir los detalles de lo que tenía que ser su contrato para la temporada de 1968. El piloto escocés era un diamante en bruto desaprovechado en BRM y después de un muy difícil 1967, se encontraba en una situación delicada en la que sentía que necesitaba cambiar de aires.

Ferrari se había interesado en este joven piloto que en tan solo dos años en la categoría reina había mostrado un talento y una ética del trabajo poco común en una época en la que los pilotos eran vistos como vividores muy a menudo. La profesionalidad de Stewart junto con su velocidad era algo que en Ferrari no podía pasarse por alto.

Tras ser recibido por la mano derecha de Enzo Ferrari, Franco Gozzi, en el aeropuerto, Stewart tuvo el honor de ser recibido por el "vecchio" en persona a su llegada a la fábrica. Lo siguiente sería un tour por las instalaciones del equipo de Fórmula 1 con el objetivo claro de impresionar al futurible piloto, lo que debía convencer a Stewart. Un apretón de manos y la decisión de discutir en privado el contrato otro día.

Una falsa privacidad que podría hacer que un piloto bajara la guardia. ¿Estaría siendo tratado de forma especial, recibiendo el permiso de negociar con Enzo sin intermediarios? Esto es, claro está, con la excepción de Gozzi, que servía de traductor... le hiciera o no falta al Drake. Pero Stewart, un hombre con los pies en el suelo, supo mantenerse en sus trece. Sabía lo que quería, lo que su talento merecía, y lo dijo claro.

El tema del dinero no puso demasiados problemas para Ferrari. Pero una vez más y como era tradición en la Scuderia, el tema de los colores del coche fue otro tema. Enzo aceptaba que Stewart quisiera competir en la Fórmula 2 pero para ello quería que lo hiciera en uno de sus coches, uno de los "Dino 166 F2". Pero Stewart quería mantener su relación con un jefe de equipo querido, Ken Tyrrell, con quien compitió en la Fórmula 2 en años anteriores.

Inicialmente, Ferrari, que recordaría las negociaciones con Stirling Moss poco más un lustro antes, no quería dar su brazo a torcer. Finalmente cedió, aceptando que Stewart compitiera en la Fórmula 2 con un Ferrari Dino 166 F2 cedido al equipo de Ken Tyrrell y con apoyo de fábrica. El coche llevaría el color rojo de Ferrari en la mitad superior y el azul escocés en la mitad inferior. Un apretón de manos y la decisión estaba tomada. Solo faltaba firmar el contrato, lo que estaba previsto para la semana siguiente.

Jackie Stewart sabía que en Ferrari las cosas no son nunca lo que parecen pero aún así, no podía ni imaginarse lo que descubriría ese fin de semana en la siguiente cita del campeonato europeo de Fórmula 2. Charlando con su compañero de equipo, Jacky Ickx, salió el tema de Ferrari. Un tema que el escocés había pedido que fuera secreto de forma expresa. Ickx explicó que en Ferrari le habían ofrecido el mismo volante con la condición de que respondiera ese fin de semana.

Según el piloto belga, en Ferrari le habían dicho que Stewart pedía demasiado. El futuro campeón del mundo no podía creer lo que escuchaba. Demasiada política para el chico de Dumbarton, que sabiendo que estar en Ferrari podía traerle muchas más situaciones de este tipo llamó a Gozzi y le comunicó que no había trato. Sin "rival" para el volante, Ickx sería el elegido para 1968, ganando ya en su primer año completo en la categoría reina.

Enzo Ferrari no se tomó bien que fuera el piloto, quien le plantara a él, en lugar de ser él quien plantara al piloto. Cuando años más tarde, en 1978, Stewart probó todos los coches de Fórmula 1 de esa temporada para un programa de televisión, Ferrari se negó a proporcionarle uno de los suyos. "Si nuestros coches no fueron lo suficientemente buenos para el señor Stewart en 1968, ¿por qué deberían serlo ahora?". La respuesta de Ferrari era clara; no había olvidado lo sucedido diez años antes.

Así pues, la única vez que Jackie Stewart pilotó un Ferrari en competición fue con motivo de las seis horas de Brands Hatch en julio de 1967. Stewart pilotó un 330 P4 oficial junto a Chris Amon hasta una segunda posición que le daba el título de marcas a los italianos, que luchaban en esos momentos contra una particularmente competitiva Porsche. Pero Stewart no tendría tiempo de arrepentirse ya que formaría una asociación con Ken Tyrrell que le acabó dando tres títulos en la Fórmula 1.

En Motorpasión F1 | Ferrari y sus inesperados pilotos: Sueños perdidos, Ferrari y sus inesperados pilotos: Política y traición, Ferrari y sus inesperados pilotos: Pasión y lealtad

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 0 Comentario