Ni siquiera una primera fila de parrilla teñida completamente de rojo ha sido suficiente para que Ferrari haya podido acabar con el gafe que le persigue en el circuito que más se le está resistiendo en los últimos años.
Desde el año 2001 Ferrari no sabe lo que es ganar en Mónaco y, como mínimo, así seguirá siendo un año más. Hoy, a pesar de que ha quedado demostrado que Massa ayer hizo un 'vueltón' en calificación con una alta carga de combustible, ni el brasileño, ni tampoco Raikkonen han estado a la altura que se exige a un ganador en Montecarlo. Es cierto que la fortuna tampoco les ha acompañado, pero si Hamilton ha cometido un error que después ha acabado casi beneficiándole, también lo es que Massa ha cometido otro y que Kimi Raikkonen, como mínimo, ha cometido otros dos.
Massa cedía su liderato al pasarse de frenada en la zona de la piscina y le dejaba vía libre a Kubica, al que ya no conseguiría adelantar. Raikkonen, por su parte, cometía el mismo error en ese mismo punto, pero es que además en la recta final de la carrera, cuando rodaba en quinta posición, perdía en control de su F2008 en la salida del túnel y embestía Sutil, al que dejaba con la miel en los labios de la que podía haber sido la carrera de su vida.
Si bien es cierto que en la jornada de ayer Ferrari conseguía la pole en Mónaco por primera vez desde el año 2000, y que firmaba una primera fila en parrilla que no conseguía en el Principado desde el año 1979 (con Scheckter y Gilles Villeneuve como protagonistas), hoy han vuelto a darse de bruces con el que se ha convertido ya en su auténtica bestia negra, el ratonero circuito de Mónaco.