El precioso Ferrari F300 con el que Michael Schumacher consiguió cuatro de sus seis victorias en la temporada de Fórmula 1 de 1998 saldrá a la venta el mes que viene en una subasta organizada por la casa RM Sotheby's que tendrá lugar en Monterrey.
Aunque ‘el Káiser’ acabó perdiendo ante Mika Hakkinen ese año, cualquier coche de la Scuderia Ferrari es un trofeo especial para los coleccionistas especializados. Más, si fue conducido por el propio Schumacher.
Esto sin duda suma enteros a su atractivo y ceros a la factura, pero también el estado de conservación del coche, que está impoluto: los expertos estiman que este bólido de F1 con motor V10 de 3,0 litros y 800 CV puede llegar a batir récords, superando los ocho millones de dólares.
El coche más exitoso de Michael Schumacher
En la historia de la Fórmula 1 ha habido muchas etapas gloriosas, pero sin duda la época en la que los V10 tronaban en la pista y el gran Michael Schumacher nos deleitaba al volante de sus bólidos los fines de semana probablemente fue una de las mejores para los aficionados a las carreras.
El heptacampeón del mundo de Fórmula 1 militó en Ferrari entre 1996 y 2006, y precisamente fue en la casa de Maranello donde forjó su leyenda con cinco títulos mundiales consecutivos (entre el año 2000 y el 2004).
Aunque la temporada de 1998 no fue la de más éxito para el piloto alemán -ya que los campeonatos de 1998 y 1999 fueron dominados por McLaren-, sí firmó seis victorias y acabo como subcampeón del mundial de pilotos.
Cuatro de los triunfos los consiguió a bordo de este impresionante Ferrari F300 con número de chasis 187: la primera de ellas fue en el GP de Canadá, donde consiguió la victoria por la friolera de 16 segundos. La vuelta más rápida también, pues voló en minuto y 19,379 segundos.
Los siguientes GP en la lista de victorias fueron el de Francia y Gran Bretaña (este último añadió algo de más de sabor a la temporada de 1998), mientras que la última victoria con el 187 llegó en el GP de Italia.
Sin embargo durante la vuelta de formación del GP de Japón de 1998, el Ferrari F300 que pilotaba Schumacher se caló, lo que el piloto achacó después a un fallo del embrague que hizo que este no se liberase cuando debía.
Esto hizo que Schumacher saliera a pista desde la trasera del pelotón y, a pesar de que llegó a remontar hasta conseguir el tercer puesto en la carrera, un accidente entre dos pilotos justo delante suya dejó la pista llena de restos que acabaron perjudicándole y tuvo que abandonar.
Como resultado Mika Hakkinen -piloto de McLaren al que respetaba pero con quien tenía una gran rivalidad hacía años-, se llevó la victoria de la carrera y también el Campeonato de Pilotos de Fórmula 1 de 1998. Schumacher terminó en segunda posición.
Ferrari conservó el chasis 187 en su haber hasta septiembre de 1999, momento en el que decidió venderlo de forma directa -y en privado- a un cliente que lo conservaba desde entonces en un estado admirable.
El coche sigue estando en el mismo estado de conservación, pues nunca ha sido restaurado o modificado respecto a sus especificaciones de 1998, aunque sí incluye todo un kit de repuestos por si el nuevo dueño quisiera hacerlo.
Esta preciosidad con motor V10 y 800 CV, que van directamente a las ruedas traseras y están gestionados por una transmisión de 7 velocidades, es un auténtico pedacito de historia sobre ruedas.
Hasta ahora la mayor parte del tiempo se había mantenido oculto al público general, aunque el fin de semana del 18 al 20 de agosto se ofrecerá para subasta en Monterey, California (EEUU).
Según los expertos de RM Sotheby's este coche pilotado por uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1 podría superar ampliamente los ocho millones de dólares (unos 7,82 millones de euros al cambio actual).
Para la mayoría de los mortales parecerá caro, pero para los coleccionistas aficionados que puedan tener un coche así definitivamente esta subasta será la mejor de las oportunidades.