Del último Gran Premio de Japón, a buen seguro que a nadie se le habrán escapado las contundentes palabras de la radio de Fernando Alonso que la FOM tuvo a bien pinchar en la señal internacional de televisión. Desde ayer por la mañana no se habla de otra cosa.
Para ubicarnos, fueron dos los momentos calientes en la radio de Fernando Alonso. El primero de ellos cuando el piloto español se quejaba amargamente de que el resto de pilotos le pasaban por todos los lados, calificando la situación de vergonzosa (en inglés, embarrassing). Pero el segundo momento fue aún mucho más contundente, con recadito para Honda: "Motor de GP2. ¡Aaaarrrrg!", gritó Alonso cuando veía como no tenía opción de defenderse de los ataques rivales en las rectas.
Para empezar, se han dado muchos palos a Fernando Alonso por hacer esa clase de comentarios "públicamente". Pero no hay que sacarlos de contexto: Alonso está comunicándose con su ingeniero por la radio en plena carrera, no haciendo unas declaraciones institucionales ante los micrófonos de la prensa.
Los mensajes de radio no son declaraciones
La radio es una herramienta más de trabajo, y ese tipo de comentarios no dejan de expresar una realidad que todos pudimos ver en pista. En especial, la imagen de principio de carrera cuando Max Verstappen y Felipe Nasr se "comieron" literalmente a Jenson Button al final de una de las rectas de Suzuka como si éste pilotara un Fórmula 3. Desde luego, la teoría de Jonathan Noble del déficit de 240 CV de potencia al final de las rectas cobró todo el sentido del mundo.
Vale que Alonso sabe de sobras que la FOM pincha aleatoriamente mensajes de radio, pero hay que entender que son unas palabras en plena carrera que, eso sí, demuestran muy explícitamente la frustración actual del asturiano pilotando un coche que no está a la altura. A nadie debe sorprender que Fernando Alonso esté desquiciado con su monoplaza actual, y el motor Honda tiene mucho que ver en el problema.
Fernando Alonso y Jenson Button están frustrados, ¡faltaría más!
Eso sí, tampoco creo que Honda tenga toda la culpa. Las quejas de Alonso y Button fueron también en la línea de una falta de grip general y mala tracción, algo que no es imputable completamente al motor. McLaren aún tiene trabajo que hacer con el chasis, no cabe duda. El propio Jenson Button declaró sentirse como "un samurai sin armadura ni espada".
En definitiva, ¿tan malo es escuchar de boca de los propios pilotos algo que todos sabemos de sobras? Pongamos freno al buenismo generalizado y entendamos que dos campeones del mundo pueden sentirse frustrados conduciendo un coche de la cola. Y lo que digan por la radio cojámoslo con pinzas, pues no deja de ser contenido sincero, pero expresado en caliente. No vayamos a pedir buenas formas en momentos de tantísima tensión.