Extraordinaria sesión de clasificación la protagonizada por Fernando Alonso esta mañana en Fuji. Pero la cosa no empezó demasiado bien, pues a tenor de las imágenes de la cámara subjetiva del piloto español, parecía que el mejorado R28 que habíamos visto en estas últimas carreras no era el mismo que Fernando estaba pilotando en la Q1 y la Q2.
Luchando contra un R28 muy nervioso, Fernando se salvava in extremis de caer en la Q1 con una buena última vuelta que le hacía escalar desde la 17ª posición hasta la 6ª, y era capaz de meterse, no sin apuros, a la Q3 gracias a una vuelta final que mejoraba la 10ª posición que ocupaba - al borde de la eliminación - y le encaramaba hasta una discreta 8ª posición final. Pero para la Q3, fue cargar gasolina al coche y el comportamiento de su R28 mejoró sustancialmente.
La primera vuelta de la Q3 fue normalita, pero en el segundo y último intento, y para no romper el guión que había venido marcando tanto en la Q1 como en la Q2, el asturiano firmó una vuelta magnífica que le colocó en un principio 3º, siendo superado poco después por el McLaren de Heikki Kovalainen. De todas formas, un 4º puesto, por delante del Ferrari de Felipe Massa, es un resultado "mejor de lo esperado", como el propio Fernando reconoció al bajarse de su Renault.
Por cierto, Fernando ya ha subido su marcador particular en calificación contra su compañero de equipo a 16-0. Me cuesta recordar algún repaso de este calibre de algún piloto a su compañero de equipo. Y lo mejor de todo: mañana se puede estar luchando por el podium, sobre todo si tenemos en cuenta que Fernando está en un momento de forma extraordinario.
Lo más curioso de todo es que en este final de temporada, el asturiano puede convertirse en un árbitro de lujo en el título, y puede que en Japón, saliendo Hamilton en pole y Massa 5º, en beneficio de su ex-compañero de equipo. Caprichos del destino.