Es una lástima, pero es lo que hay. El R28 de Fernando Alonso no da para más, y aún gracias que de momento el piloto asturiano va apañándoselas para colarse en una carísima Q3. Por lo que hemos visto hasta ahora, del amplio grupo perseguidor (Williams, Toyota, Renault, Red Bull, Honda), a veces unos están bien y otros no tanto, pero por lo menos Fernando siempre está ahí.
Pero claro, de estar luchando por hacer poles y ganar carreras en los últimos tres años, a tener como máximo objetivo entrar en la Q3 y puntuar, supongo que no debe ser demasiado agradable para el asturiano. En Bahrein, ni tan siquiera ha intentado marcar un tiempo medianamente competitivo. En Renault han pensado desde el primer momento en la carrera (bien hecho): en la Q3 sólo han montado gomas duras en el R28 del asturiano y lo habrán cargado bien de combustible para defenderse de las tácticas de los que vienen por detrás.
Con todo y con eso, ha estado a punto de birlarle el 9º puesto de la parrilla al Honda de Jenson Button, que le hubiera dado la posibilidad de salir por el lado limpio. Aunque bueno, si sopla el viento y trae consigo la molesta arena del desierto, puede que mañana a la hora de la salida, las posiciones pares e impares de la parrilla no se dividan en sucias y limpias, sino en sucias y más sucias.
Al final de la sesión, Fernando Alonso se ha mostrado satisfecho del resultado final, pues "tenía algunas dudas de que pudieramos alcanzar la Q3 esta mañana". Pat Symonds aclara que Fernando podría haber mejorado su tiempo en su último intento, pero "desafortunadamente un error en su última vuelta hizo que tuviera que desistir". Mañana, teniendo en cuenta la tremenda igualdad del pelotón, las estrategias serán claves para entrar en los puntos.
