El final de la sesión clasificatoria ha estado deslucida por una bandera amarilla que ha salido por causa de salida de pista de Kimi Raikkonen y que ha alterado las vueltas de varios pilotos, entre ellos Fernando Alonso, que no ha podido realizar una vuelta como él habría querido, y se queda por lo tanto relegado a una séptima posición que se convierte en sexta por la penalización de Jenson Button, que ha clasificado tercero y saldrá octavo.
El asturiano tenía potencial para terminar más adelante de lo que ha hecho, está claro, y de hecho él mismo decía que la cuarta posición era posible, lo que le habría puesto tercero por la penalización de Jenson Button. Lo cierto es que la mejor vuelta de Alonso del fin de semana (en la Q2), le situaría quinto, y en la Q3 se suele mejorar algo, por lo que ciertamente un cuarto puesto que se habría convertido en tercero no era imposible.
Podíamos hacer cuartos, con la penalización habría sido tercero. Sería mejor salir tercero que séptimo (sale sexto). Tremendamente desafortunado porque tres segundos antes no había bandera amarilla y cinco segundos después tampoco. Mala suerte.
Para mañana, el podio está complicado. Es cierto que con la penalización, los dos McLaren salen detrás, pero hay que contar con ellos, al igual que con los Red Bull, los Sauber y los Lotus. La carrera es posible que no vea demasiada lucha por la victoria, pues Vettel lo tiene muy bien, pero la lucha por el podio será espectacular, con muchos pilotos con un buen ritmo de carrera y muchas posibilidades de obtenerlo. Además, en la salida hay agrupados pilotos muy agresivos en poco espacio, y eso puede ser decisivo.
Mañana es posible que sea el día en que hay que rascar puntos y no arriesgar demasiado, a la espera de que en Corea el Ferrari vaya un poco mejor. De todas formas, las declaraciones de Fernando tras la sesión dejaban entrever que es consciente de que la distancia sobre Vettel va a durar muy poco y que estar líderes del campeonato es, palabras textuales, "un milagro". Nunca se sabe lo que puede pasar en la Fórmula 1, para lo bueno y para lo malo, pero sí es cierto que el título está más difícil de lo que los números dicen.
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