No hacen falta muchas palabras para describir el fin de semana de Fernando Alonso y Ferrari en el que es el Gran Premio de casa para los italianos. Tras una sesión de clasificación en la que fueron la primera alternativa a los motores Mercedes, el rendimiento del F14 T ha vuelto a ser una vez más decepcionante y en esta ocasión el bicampeón mundial no ha podido hacer nada para tapar las carencias del monoplaza de Maranello.
Tras una salida en la que se veía completamente bloqueado, y en la que perdía su posición con Sergio Pérez y Sebastian Vettel (ganaba una tras el pésimo arranque de Valtteri Bottas) el ritmo de Alonso no le ha permitido recuperar demasiado terreno. Tras desembarazarse del mexicano de Force India, la velocidad de Bottas lo volvía a dejar en la octava plaza.
Después de esto, la parada en boxes lo dejaba tras un grupo en el que se encontraban el propio Pérez, Button, Vettel y el propio Bottas. Grupo al que el asturiano no se podría acercar. Una vez superado el ecuador de la carrera el motor decía basta y los ingenieros pedían a Fernando apagar el monoplaza para no correr más riesgos, sabedores de que las fuerzas y las unidades de motores a estas alturas de la temporada ya escasean. Un nuevo fin de semana para olvidar para la Scuderia.