El primer Gran Premio de Australia de Fórmula 1 celebrado en Melbourne ha arrancado con un Felipe Massa muy activo, manteniendo quizás la linea que le vimos en las últimas carreras del año pasado. Parece que el brasileño está dispuesto desde la primera carrera a que no se le acuse de rendimiento bajo, o de no ser capaz de extraer las mismas prestaciones a su Ferrari que Fernando Alonso.
Y es que al brasileño le ha tocado bailar con las más fea, como en su tiempo le ocurrió a su compatriota Rubens Barrichelo con Michael Schumacher o al propio Mark Webber con Sebastian Vettel. La diferencia es que cuando el Schumacher arrasaba, Barrichelo casi siempre estaba segundo, pegado a su jefe de filas. Y aquí las diferencias suelen ser mayores.
Unas diferencias que en esta ocasión fueron más cortas y si no llega a ser por un cambio de estrategia en la segunda parada de Fernando Alonso de la que sacó petróleo, la diferencia en meta no hubiese sido tan grande. Una parada del brasileño tres vueltas después le impidió llegar al pódium.
Porque en esta ocasión, el Red Bull de Sebastian Vettel no tiraba. O solo tiraba en las tres primeras vueltas en sus estrenos de neumáticos. Felipe Massa salía en la cuarta posición. Tres milésimas le habían dado la segunda fila y trasladado a Fernando Alonso a la tercera. Mark Webber en la salida se autoeliminó, y el brasileño encontró la buena línea para llegar al segundo puesto.
Por detrás Fernando Alonso arriesgaba para luego pegarse a su compañero. Parecía que estorbaba pero sin embargo en dos vueltas se había puesto las pilas y alcanzaba al alemán para liderar durante una vuelta cuando este se fue a boxes.
Marcaba la estrategia del alemán pero sus dos vueltas en pista, encabezando carrera en la vuelta 21 cuando Vettel y Alonso de nuevo hicieron su parada lo sentenciaron aunque lo intentó ya que en la vuelta 38 hizo la vuelta rápida de carrera en ese momento, en plena lucha con Lewis Hamilton y que le sirvió para asegurar la cuarta posición, pero ya no había más.
Puede ser flor de un día. La próxima carrera en Sepang nos lo dirá o sacará de dudas. Pero lo que está claro es que Felipe Massa hoy tendrá sentimientos contrariados. De tristeza por quedarse fuera del pódium pero a la vez de alegría, porque se ha encontrado luchando entre los grandes.
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