Felipe Massa, como ya hiciera el año pasado a estas alturas, ha vuelto a ponerse las pilas, después de un inicio de temporada desastroso, como también hiciera el año pasado. Tras sus dos abandonos en los dos primeros Grandes Premios del año, el brasileño ha sumado 2 victorias, un segundo y un tercero.
Números en mano, Massa sólo ha sumado un punto más que el año pasado tras las primeras 6 carreras del año, pero al parecer, las sensaciones que transmite el brasileño al volante son bien distintas.
Nadie duda ya de la habilidad de Felipe a una vuelta. Massa ha logrado la mitad de poles de la temporada, algunas de ellas absolutamente sorprendentes, como la del otro día en Mónaco, en la que iba muy pero que muy cargado. Pero en carrera, punto débil del brasileño en temporadas anteriores, parece que ha ganado en consistencia, o al menos eso es lo que aseguran diversos jefazos del paddock y personajes ligados a la F1.
Sinceramente, yo sigo pensando que Felipe es un piloto rápido, pero no lo suficientemente regular como para luchar por el campeonato. Ahora bien, si la irregularidad de Felipe se ve acompañada así mismo por la irregularidad de sus principales rivales, como está sucediendo hasta ahora, está claro que estar a bordo de un Ferrari te da opciones al título.
Así pues, creo que buena parte de las opciones de título de Massa están en manos de Kimi Raikkonen y Lewis Hamilton, fundamentalmente. Si siguen dando una de cal y otra de arena, Massa podría estar ahí hasta el final. Si uno de los dos (o los dos) empiezan a poner las cosas en su sitio, la irregularidad de Massa le acabará jugando una mala pasada. Quedan 2/3 de temporada para salir de dudas.