El que fuera el polémico presidente de la FISA entre 1979 y 1991, y de la FIA entre 1986 y 1993, falleció ayer a la edad de 86 años. El predecesor de Max Mosley al frente del máximo órgano de gobierno del automovilismo de competición, será siempre recordado por ser el responsable de la firma del primer Pacto de la Concordia que puso punto y final a las terribles batallas de poder de principios de los 80 entre la FOCA y la propia FISA, que por aquel entonces hacía las labores que a día de hoy hace la FIA.
Personalmente, yo siempre asociaré la figura de Balestre a la persona que casi hizo que Ayrton Senna dejara la Fórmula 1 en el momento más álgido de su batalla con Alain Prost, piloto de la misma nacionalidad que el por aquel entonces mandamás de la FIA. Pero también quedará enmarcado bajo el mandato Balestre otro de los momentos claves de la historia de la Fórmula 1: la prohibición de los turbo en el 89. Descanse en paz.
Vía | Autosport