Especial historia del GP de Brasil: Interlagos y Jacarepaguá (Parte 1)

La llegada del Gran Premio de Brasil es una buena oportunidad para hacer un repaso de su rica historia; tratándose de un país con profunda tradición automovilística y que ha dado al mundo grandes pilotos, no podía ser de otra manera. La historia comienza en 1940, año en que fue inaugurado el Autódromo de Interlagos, que en el año 1985 pasaría a denominarse Autódromo Internacional José Carlos Pace. De esta manera, se cumplía el del sueño del ingeniero británico Louis Romero Sanson, que había concebido la idea original a finales de la década del veinte.

Durante los años ’30, el interés del público por las carreras de automovilismo creció muy rápidamente. Mientras en Europa comenzaba la época de Las flechas plateadas, en sudamérica se realizaban importantes eventos como el Gran Premio Internacional de Río de Janeiro de 1933, que supo atraer incluso a varias estrellas internacionales. En 1936, San Pablo también organizó su Gran Premio Internacional, pero el accidente de la piloto francesa Helle-Niza que culminó con la muerte de cuatro personas y treinta y siete heridas, puso de manifiesto la necesidad inminente de la construcción de una pista de carreras que cumpliera con los aspectos logísticos y de seguridad.

El evento movilizó el Automóvil Club de Brasil, que contó con el apoyo del Banco de Comercio e Industria de San Pablo, y de Alfred Agache, urbanista francés que había sido –años antes– encargado del proyecto urbanístico de remodelación de la ciudad de Río de Janeiro. El lugar elegido fue una zona relativamente plana entre las represas de Billings y Guarapiranga, que abastecían de agua y electricidad para la Gran San Pablo. Fue el francés quien denominó a la región “Interlagos”, precisamente por su ubicación entre dos grandes lagos artificiales.

Interlagos: de las primeras carreras a la Fórmula 1

La construcción se inició en 1938, y el 12 de mayo de 1940 el circuito se inauguró oficialmente con la tercera edición del Gran Premio Internacional de la Ciudad de San Pablo, con un público de más de 15 mil personas. El diseño original del circuito tenía 7.960 metros, y aquel día Arthur Nascimento Junior se convirtió en el primer hombre en ganar una carrera oficial sobre este trazado. Veintisiete años después, en 1967, la pista se cerraría por reformas, para reabrir sus puertas el 1 de marzo de 1970 con una prueba del Campeonato Internacional de F-Ford.

Por aquel entonces, los éxitos obtenidos por Emerson Fittipaldi resultaban en un gran empuje a este deporte, especialmente su primera victoria, lograda en el Gran Premio de Estados Unidos en Watkins Glen, pilotando un Lotus-Ford 72C. Con Fitipaldi en la categoría reina, no tardó en desatarse una fiebre por la Fórmula 1 en Brasil, lo que terminó de convencer a los dirigentes de la FIA de la importancia política, deportiva y económica de realizar una carrera oficial en ese país.

Pero el gran cambio en la historia del circuito llegaría en 1972, año en que Brasil ingresa en el mapa de la Fórmula 1 aunque con una carrera extraoficial que sirve para probar la capacidad del país para recibir una prueba de alcance mundial. Interlagos se cierra por reformas una vez más, pero en este caso las modificaciones apuntan a lograr ese objetivo.

El Gran Premio de Brasil de 1972 fue ganado por el argentino Carlos Reutemann (foto) a bordo de un Brabham-Ford, seguido por el March del sueco Ronnie Peterson, y con Wilson Fittipaldi Jr. (hermano mayor de Emerson) –también con Brabham– completando el podio. El gran éxito del evento, sumado a la gran dificultad del viejo trazado –uno de los más desafiantes del mundo– sirvieron para insertar a Brasil oficialmente en el calendario oficial de la Fórmula 1 internacional; una cita que se cumple cada año desde entonces, aunque Interlagos no haya conservado la exclusividad para albergarlo.

Continuará...

Vía | Tazio.com.br

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