El segundo día, y ultimo de competición, amanecía mucho más tranquilo. Posiblemente sea porque tras el ajetreo de los dos anteriores buscamos el calor y el gentío del parque de asistencia situado en Port Aventura. Aunque no me gustaría olvidar pegar un pequeño tirón de orejas a todas aquellas personas que acudieron a disfrutar de la prueba y que tras finalizar dejaron “olvidados” los envases en las cunetas. Respeto al medioambiente sobre todo…
Dejar de lado los tramos e ir al parque de asistencia no significaba más horas de sueño ya que decidimos madrugar para llegar a ver la entrada de los pilotos a las 10:56. Todo ello unido a que la distancia desde el tramo en el que estuvimos el sábado, La Llena, hasta Salou era la suficiente nos obligó a levantarnos de nuestros aposentos con los primeros rayos de luz del día. Una vez allí y tras pagar religiosamente los siete euros que costaba el maldito parking de Port Aventura, nos adentramos entre la muchedumbre. La verdad es que todo se hacia mas sencillo a la hora de encontrar el parque. Solo tenias que seguir la alargada serpiente multicolor de personas vestidas con todo tipo de artículos relacionados con el gran mundo de los Rallyes.
Lo primero que te encuentras nada más entrar son los camiones de los equipos. En el de Ford incluso se podían ver los Volvo S40 que utilizan para realizar los reconocimientos previos a la prueba. La marca gala por su parte tenia mucho más escondidos sus Lancer de pruebas pero aun así siempre a la vista de las miradas furtivas de los espectadores más interesados.
Unos metros más allá divisamos los boxes de los equipos de la Fiesta Cup. Dentro de uno de ellos estaba la nueva montura, el R2, de la turca Cetinkaya, que ya os presentamos aquí en RacingPasión. Lastima que no pude llegar a ver a esta espectacular rubia, en todos los sentidos, durante los tramos del segundo día. Aunque sinceramente no me habría gustado salir en los resúmenes de Eurosport al más puro estilo “Groupie” enloquecida.
Esta vez si estábamos rodeados de información. Así que lo primero que tocaba era una pasadita rápida por el stand del WRC en el que se podía ver los split y la clasificación en directo así como el resumen de la jornada del sábado. Eso si, me quede con las ganas de probar el simulador de Pirelli y demostrar mis manos para ver si algún ojeador se interesaba, en fin, ellos se lo pierden.
De momento no había tiempo para más. Tocaba agolparse en las vallas para ver el paso de los coches. El aullido atronador del sábado había dejado paso al ronroneo de una fiera en calma con ganas de ser exprimida a fondo. Mientras que los pilotos llevaban los coches hasta el lugar reservado para cada equipo podías ver como copilotos, como Elena o Ingrassia, paseaban al lado tuyo. Otros con más suerte tenían fletadas scooters del equipo que les acercaban directamente hasta el box.
A partir de ahí había media hora para disfrutar del ballet ofrecido por lo mecánicos en las asistencias. Mientras tanto delante de Citroën se desataba la esperada locura. Los gritos de animo a Dani Sordo no cesaban y quedaban entrelazados con la música electrónica que salía de un improvisado Buggy-Discoteca patrocinado, como no, por Red Bull.
El cantabro por su parte respondió a estos ánimos acercándose al publico para firmar autógrafos y “dejarse hacer” por los aficionados. Siempre eso si acompañado por la escultural jefa de prensa del equipo francés, que por cierto tengo que decir que me encanta tanto o más que la turca de la que he hablado antes. Pero en fin, eso ya es otra historia.
Después de todo el embrollo y de ver como los pilotos volvían al trabajo tocaba echar un vistazo por los alrededores con todo el tiempo del mundo. Entre otro pasamos por la exposición de Ford que había aprovechado un Focus WRC de “Carton-piedra” para promocionar sus nuevos Focus RS y el Focus edición especial Hirvonen. También Citroën disponía de un coche de exposición. En su caso el precioso ZX que disputó y venció en el Dakar.
Además del paso obligado por el merchandising donde siempre pico algo, en esta ocasión toco comprar una gorra de Loeb, tocaba un paso por los boxes de los equipos no prioritarios que además en esos momentos se encontraban en plena acción. Incluso pudimos ver como preparaban ya para el transporte el Ford Focus WRC del británico Bird que parecía no tener muchas ganas de terminar el Rally. En fin, el paso por las asistencias fue la guinda a un fin de semana de gasolina y olor a goma quemada.
A por cierto, esta es la jefa de prensa de Citroën: