Este temporada, al menos de otras no lo recuerdo, ciertos mecánicos se están cubriendo de gloria. En el Gran Premio de Mónaco, a uno de los mecánicos de McLaren se le olvidó destapar un conducto de refrigeración del monoplaza de Jenson Button. Una de las tapas que se utilizan para forzar la entrada de aire cuando el monoplaza está parado. El olvido hizo que el motor del británico durara tan sólo un par de vueltas antes de decir basta.
En Singapur, otro error de un mecánico tiró por la borda buena parte de las aspiraciones de Jaime Alguersuari, justo en el gran premio que había conseguido su mejor clasificación hasta la fecha. Unas horas antes de la carrera, uno de los mecánicos de Toro Rosso advirtió manchas de agua bajo el monoplaza de Alguersuari, pero se limitó a limpiarlas sin comentarselo a nadie más (hago de abogado defensor cuando pienso en que pensó que era agua sin más). Ahí estuvo el error.
Minutos antes de la carrera, en la escudería austro-italiana constataban que el radiador del Toro Rosso STR5 de Jaime Alguersuari estaba roto lo que provocaba la perdida del refrigerante. Tocaba cambiarlo lo más rápido posible y no daba tiempo a llegar a la parrilla. Ahí acababan las opciones de una buena carrera para Alguersuari en un día que a poco bien que lo hubiera hecho, los puntos estaban asegurados.
Vía | AS