Desde que Liberty Media asumió la gestión de la Fórmula 1 y Bernie Ecclestone perdió su puesto, son muchas las historias rocambolescas que se han ido filtrando acerca de los años de gestión del hombre que inventó la categoría como se conoce hoy en día.
Que nunca ha sido un santo, es algo que no se les escapa a nadie -de hecho, podríamos decir que hasta se vanagloria de ello-. La última de sus traviesas aventuras que han salido a la luz tuvieron lugar en un ático, en los años ochenta y hubo mucho dinero de por medio.
La ha sacado a la luz el Campeón del Mundo de Fórmula 1 de 1980 Alan Jones, que en su recientemente publicada biografía, "Cómo Alan Jones escaló hasta la cima de la Fórmula 1", relata una rocambolesca histórica inédita hasta el momento.
Por lo que se explica en el libro, los hechos se desarollaron en Sudáfrica antes del Gran Premio de 1985, en pleno Apartheid. Ese año Jones había vuelto a la competición para pilotar el Lola-Hart del recientemente fundado equipo Team Haas- que nada tiene que ver con el equipo de René Haas que disputa actualmente el mundial.
El patrocinador principal y propietario, en parte, del equipo era Beatrice, una empresa de comida procesada fundada en la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos. Jesse Jackson, un activista de los derechos del país norteamericano, había amenazado, antes de la cita en el país africano, con provocar que todos los trabajadores negros de Beatrice fuesen a huelga si el equipo disputaba ese Gran Premio.
Y por lo que se ve, ni Ecclestone, ni Beatrice, estaban dispuestos a dejar que la polémica saltase por cuestiones políticas. A pesar de que el equipo había viajado hasta allí, el viernes anterior a la carrera el capo citó a Jones en su ático para hablar con él.
"No estaba seguro de que había hecho en aquella ocasión. Cuando toqué la puesta Bernie me dijo: "¿Cómo te sientes? ¿Cuáles crees que son tus opciones de ganar la carera de mañana?". Yo le respondí: "Si empiezo ahora, quizá sean bastante buenas". A lo que Ecclestone contestó: "Bueno, he tenido una idea. Si te pones enfermo y no puedes competir este fin de semana, te daremos el mismo premio económico que al ganador. Ve a casa y visita Australia" detalla Alan Jones en el libro.
La victoria estaba completamente fuera de su alcance. El equipo se había retirado en las dos carreras disputadas y no parecía que fuese a ir mucho mejor en esta ocasión. Por lo que Jones cogió el dinero y se fue a recuperar de su virus a Australia natal. Eso fue lo que publicaron los medios aquella mañana de sábado antes de la carrera.
Tan solo los fundadores y jefes del equipo Carl Haas y Teddy Mayer supieron lo que realmente había sucedido. Para el resto de los mecánicos y de la parrilla, todo había sido culpa de un virus para el que se recuperó milagrosamente para el Gran Premio de Australia último de esa temporada-, donde también se retiró.
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