El CER visitó el Jarama

El pasado fin de semana, el primero de Abril , tuve la posibilidad de vivir la carreras en directo. Lejos de la repercusión de pruebas de carácter mundial, la juventud de las copas de monoplazas o el "lujo" del GT, el Campeonato de España de Resistencia es una prueba poblada por, sobretodo, aficionados al mundo de la competición amateur.

Gracias a Francisco Javier Escobar y junto a su compañero para la prueba del Jarama, Eugenio Martínez, pudimos descubrir los entresijos de una categoría que está al alcance de muchos. Reconozco que los costes, cuatro mil euros por fin de semana sin contar la compra del coche (un Clio Cup de 2001 puede rondar entre los 15000 y los 18000 euros) no está ni de lejos al alcance de mi bolsillo, pero quizás si que lo esté de alguno que otro.

De esos cuatro mil euros el desglose sería más o menos el siguiente, dos mil euros en los seis neumáticos (sí, solo seis y que tendrás que comprar en el camión de la organización) que puedes utilizar en cada prueba de semana y que tendrás que gestionar lo mejor posible para que en la segunda de las carreras no pienses en cada momento donde dejaste a tu amigo grip.

La otra mitad de esos cuatro mil euros se reparte en asistencia (si no eres un manitas capaz de preparar el coche suele ser lo mejor), gasolina y licencias. Como dirían los más viejos del lugar 650.000 de las antiguas pesetas que volarán en apenas dos días. Eso teniendo en cuenta de que la prueba era en Madrid y en este caso nuestro cicerone no tenía que contar con desplazamientos, hoteles y demás gastos extras.

Para alguien como Javier, a igualdad que otros muchos de los que allí estaban presentes, los resultados son lo menos importante. Tras la carrera, mirar el cuentavueltas en busca de ese tiempo te deje a dos o tres segundos de gente que lleva años en esto y algunos de los cuales pueden vivir de ello, es más que suficiente. Las "hazañas" acaecidas en cada vuelta, cuando tratas de adelantar a alguien o tratas de evitar todo lo contrario se asemejan a historias que nos podrían llevar a nuestra más tierna infancia.

Gracias al CER, muchos aficionados ven satisfechas muchas de sus ilusiones. El formato de la competición mezclando pilotos y modelos de muy distintas características y con handicap incluido en los cambios de piloto permite ver gran cantidad de piques, adelantamientos, doblajes y alguna que otra salida de pista con mayor o menor suerte para el piloto. En este caso la suerte se mide en los daños que tenga el coche.

De nuevo, gracias a Javier por responder a todas las dudas, preguntas, más o menos indiscretas, y por permitirnos vivir las carreras de una forma distinta. No es Fórmula 1, pero seguro que muchos de los que nos sentimos aficionados encontramos en pasar cinco horas al sol viendo coches pasar una y otra vez una de las mejores formas en las que invertir una mañana de domingo. Hasta que nos podamos permitir pasar esas cinco horas detrás de un volante. Habrá que seguir trabajando para cumplir ese sueño.

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