Los diez peores coches que ganaron una carrera de Fórmula 1
La historia de la Fórmula 1 está plagada de nombres míticos. Pilotos, equipos e ingenieros que elevaron la categoría hasta la dimensión de reina del automovilismo. Sin embargo, además de los ganadores, el gran circo no sería nada sin los otros. Los equipos que compiten sin demasiadas expectativas pero a los que alguna vez les han sonreído la fortuna.
Y como ellos también merecen gloria y reconocimiento, vamos a repasar los diez peores coches que consiguieron ganar una carrera de Fórmula 1. Aquellos que, bien sea por fortuna, por habilidad del piloto o por un cúmulo de circunstancias consiguieron saborear el champagne con un coche destinado a otros menesteres.
El Ferrari 126CK en Mónaco 1981
El equipo Ferrari estaba pasando por la etapa más negra de su historia. En 1980 los de Maranello habían completado la que sigue siendo la peor temporada de su historia. Terminaron décimos en el mundial de constructores con solo ocho puntos, y 1981 no había empezado mucho mejor, con cinco puntos en cinco carreras.
Nadie podía esperar lo que iba a hacer Gilles Villeneuve aquel fin de semana en Mónaco. Ya en la clasificación se quedó segundo a solo 78 milésimas de Nelson Piquet, pero en carrera aprovecharía un fallo mecánico en el Brabham del brasileño para conseguir una victoria impensable y contundente. Tres semanas después Villeneuve volvió a ganar en España, pero la mejoría de Ferrari se frenó en seco y solo sumaron ocho puntos más en las ocho carreras restantes.
El Williams FW09 en Estados Unidos 1984
1984 estaba siendo una temporada de adaptación para Williams. El equipo inglés acababa de montar los motores Honda en su monoplaza y los resultados no eran todavía los esperados. Solo llevaban un podio y a duras penas conseguían puntuar en las carreras. Aquel Gran Premio de Estados Unidos en Dallas no parecía que fuese a ser diferente, con Keke Rosberg saliendo octavo como mejor Williams.
Sin embargo la carrera se tornó en una auténtica locura. Solo un coche cruzó la meta en la vuelta del ganador, que no fue otro que Keke Rosberg. El padre de Nico se benefició de los accidentes de Niki Lauda y Alain Prost y los problemas mecánicos de Ayrton Senna y Nigel Mansell, que cruzó la meta empujando su Lotus, para ganar su tercera carrera de Fórmula 1.
El Jordan 198 en Bélgica 1998
El equipo Jordan era un equipo al alza y había tenido la oportunidad de fichar al campeón del mundo de dos años antes, Damon Hill. Con el británico y los motores de Honda aspiraban a luchar en la élite de la Fórmula 1, pero la realidad les había dado una bofetada en la primera parte de 1998: cero puntos en las primeras ocho carreras.
Pero entonces llegó Spa-Francorchamps bajo la lluvia, y por tanto la locura. Una de las salidas más tumultuosas de la historia dejó a media parrilla fuera de combate, pero por desgracia para Hill todavía quedaba Michael Schumacher. Sin embargo, David Coulthard, que estaba doblado, se encargó de dejar fuera de carrera al Ferrari y regalarle a Damon Hill la victoria épica que se le escapó un año antes en Hungría con el Arrows.
El Williams FW34 en España 2012
La temporada 2012 estuvo llena de alternativas, con hasta cuatro coches luchando de forma consistente por las victorias. Al final del año hubo siete equipo que hicieron podio, y seis de ellos ganaron alguna carrera. Pero de todas ellas, la más inesperada fue la que consiguió Pastor Maldonado en Montmeló.
Williams llevaba ocho años sin ganar una carrera y nada hacía presagiar que ese día lo conseguiría. Incluso cuando Maldonado se sacó una vuelta mágica de la chistera que le dio la pole, tras la descalificación de Lewis Hamilton, no eran muchos los que confiaban en él. Pero en carrera consiguió resistir los ataque de Fernando Alonso sin cometer sus habituales errores para llevarse su primera y única victoria en la Fórmula 1.
El Tyrrell 011 en Estados Unidos Este 1983
La época gloriosa del equipo Tyrrell hacía ya una década que había quedado atrás. A principios de los 80 el equipo merodeaba en torno a la zona media de la parrilla, pero el fichaje del italiano Michele Alboreto le trajo al equipo un poco de estrella. Ya en 1982 en Las Vegas consiguieron juntos una victoria inesperada, pero un año después se iban a superar.
Alboreto se clasificó sexto en parrilla a 2,7 segundos de la pole position. Pero la carrera fue una debacle para los favoritos. Los problemas mecánicos fueron dejando fuera de carrera de René Arnoux, Niki Lauda y Nelson Piquet hasta permitir una victoria impensable de Alboreto que incluso le abrió las puertas de Ferrari.
El Toro Rosso STR3 en Italia 2008
La compañía de bebidas energéticas Red Bull estaba tirando la casa por la ventana para alcanzar el éxito en la Fórmula 1. Incluso habían comprado el humilde equipo Minardi para hacerlo su filial, pero lo que nadie podía esperar es que la primera victoria de Red Bull en la Fórmula 1 sería con un Toro Rosso.
Monza…
— Formula 1 (@F1) September 4, 2019
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Con Sebastian Vettel a los mandos, Toro Rosso aprovechó las condiciones de lluvia y su potente motor Ferrari para dominar el fin de semana en Monza ante el asombro de todos los favoritos. Vettel dio una lección en mojado para llevarse la pole position el sábado y ganar con una contudencia aplastante el domingo. El único podio del equipo hasta que lo consiguiese Daniil Kvyat esta misma temporada.
El Ligier JS43 en Mónaco 1996
La de Mónaco de 1996 pasa por ser una de las carreras más caóticas de toda la historia. Los mejores años ya habían pasado para una escudería Ligier que únicamente luchaba por permanecer en la Fórmula 1. Pero las carreras les tenían preparada una sorpresa de despedida en el circuito más icónico del mundial, Mónaco.
Saliendo decimocuarto, Olivier Panis fue heredando posiciones bajo la lluvia a medida que todos se iban dando contra las barreras. Una carrera inverosímil en la que solo acabaron cuatro coches y Panis consiguió su única victoria en la Fórmula 1 gracias a ser el único que no chocó. También es el triunfo que se ha conseguido en Mónaco saliendo desde más atrás. El equipo Ligier desapareció a final de temporada.
El Stewart SF-3 en Europa 1999
Igual que desapareció a final de 1999 el equipo Stewart, propiedad del mítico tricampeón escocés y que terminó en las manos de Jaguar, y posteriormente fue Red Bull. En Nurburgring, la antepenúltima carrera del campeonato y con el mundial en juego entre Eddie Irvine y Mika Hakkinen, Stewart se erigió como protagonista bajo la lluvia.
Como si la posición estuviera maldita, uno tras otro los líderes de carrera iban abandonando. Les pasó a Heinz Harald Frentzen, a Coulthard, a Ralf Schumacher y a Giancarlo Fisichella, hasta que finalmente Johnny Herbert se quedó la primera posición y sumó la victoria. Además el otro Stewart, Rubens Barrichello, terminó tercero, coronando la fiesta. Para colmo el segundo del podio también fue de un equipo de ex piloto ilustre: Jarno Trulli con el Prost.
El Shadow DN8 en Austria 1977
Shadow era un equipo americano de la parte baja que en las primeras once carreras de la temporada 1977 había sumado cuatro puntos. Ese año dominaba el Ferrari de Niki Lauda mientras que James Hunt, actual campeón, a veces aparecía con su McLaren. Desde luego nada hacía esperar que un Shadow fuese a ganar en Austria.
Alan Jones se quedó decimocuarto en parrilla, a dos segundos de la pole position de Niki Lauda, y ni siquiera llovió en carrera para darle una oportunidad a Jones. Pero surgió. El australiano tuvo un ritmo de carrera formidable que le permitió ganar posiciones hasta ponerse segundo. Cuando el motor de Hunt reventó, Jones solo tuvo que medir la distancia con Lauda para ganar su primera carrera de Fórmula 1. Por cierto, esa fue una de las dos carreras de Fórmula 1 que disputó Emilio de Villota.
El Jordan EJ13 en Brasil 2003
Pero seguramente la victoria más sorprendente de la historia de la Fórmula 1 se produjo en Brasil en 2003. El Jordan utilizaba motores Ford y era el segundo peor coche de la parrilla. Pero bajo el diluvio que azotó Interlagos todo era posible. Uno tras otro los favoritos se fueron estrellando y gracias a la estrategia Giancarlo Fisichella se puso circunstancialmente líder.
En ese momento Fernando Alonso se estrelló, provocando una bandera roja oportuna que dio por finalizada la carrera. Fisichella, que todavía no había parado e iba líder momentáneo, se llevo la victoria justo cuando su motor Ford reventaba en llamas en pleno pit lane. Aún así, fue Kimi Raikkonen quien se subió al primer lugar del podio, y solo una apelación de Jordan hizo que la FIA le diese la victoria a Fisichella unas semanas después. Una historia surrealista.