Decir De Tomaso es decir competición. Como tantas otras marcas míticas de este mundillo, que espero ir repasando en esta sección Retro que tanto me gusta y que comienza con un primer capítulo que es este, el nombre De Tomaso está muy unido al concepto de coche deportivo, y a coche de carreras. en eso es en lo que nos centraremos aquí.
Alejandro De Tomaso nació en Buenos Aires, Argentina, en 1928, el año en que se descubre la penicilina, se efectúa la primera comunicación telefónica transatlántica entre París y Nueva York, y Elliot Ness se esfuerza por hacer cumplitr la prohibición alcohólica en EEUU. Una época en la que la competición automovilística era artesanal y las oportunidades de hacer algo positivo y afianzarse en el mundo de las carreras pasaba por el esfuerzo personal y la ilusión.
Dejando los estudios, Alejandro decide que su futuro tiene que estar dedicado a los coches, por entero, y a los 27 años llega a Módena, lugar privilegiado donde los ha habido, y entra en contacto con la órbita de Maserati. Para la marca italiana correrá en 1955 y 1956, pasando posteriormente a pilotar un Osca durante tres temporadas. La competición estaba muy bien, pero De Tomaso pensó en cambiar de dirección y fundar su propia marca de coches. Coches de competición...
Un proyecto para Indianápolis, un Fórmula Junior y un Fórmula Uno, las maneras apuntan a los monoplazas de alto nivel, y salvo en Fórmula Uno obtienen bastante éxito. La historia de De Tomaso en la F1 también es, por desgracia, un ejemplo clásico de lo difícil y peligrosa que era la categoría hasta hace bien pocos años, un ejemplo de cómo la frase de que los pilotos de carreras se juegan la vida tenía un significado mucho más real y cercano que hoy en día.
Frank Williams fue el jefe de equipo que introdujo a De Tomaso en la categoría máxima del automovilismo, mientras que el lider del proyecto era Giampaolo Dallara. Como vemos, dos nombres enormes de la historia de la competición daban paso a otro nombre que con el tiempo se convertiría también en parte importante de esta historia. Dallara es ahora suministrador del 80% de los chasis de los bólidos de Indianápolis y muchas otras categorías, mientras que Frank Williams es uno de los imprescindibles en la F1 (a pesar de los baches).
El monoplaza, decorado de rojo y con los colores típicos de De Tomaso en la parte superior, era la única muestra de la marca, y por desgracia no duró mucho en el campeonato debido a la trágica muerte de Piers Courage en el circuito holandés de Zaandvort, la cuarta carrera de la temporada, disputada el 21 de junio de 1970. A raiz de esto, De Tomaso pierde el interés en la F1, y en general de la competición.
Hoy en día, la fábrica De Tomaso produce coches exóticos totalmente independientes, y poco queda del antiguo espíritu competitivo.