Mientras Daniel Ricciardo demostraba su felicidad por la segunda posición de parrilla con su habitual sonrisa, Sebastian Vettel se dirigía con gesto contrariado hacia los boxes tras ser 13º, en busca de una explicación de por qué su RB10 no había terminado de funcionar tan bien como el de su compañero. Pocos minutos después, Christian Horner se ponía delante de los micrófonos de la prensa y confirmaba que el problema del alemán había vuelto a estar relacionado con el software de su monoplaza.
A pesar de que era posible haberse clasificado para la Q3 (habría que haber visto la vuelta del tetracampeón sin las banderas amarillas por el accidente de Kimi Räikkönen), los problemas sufridos el propulsor de Renault hacían que el coche fuera inconducible, sobre todo en el momento en el que la lluvia ha hecho acto de aparición. La firma del rombo ha confirmado dichos problemas sufridos por el RB10 de Vettel tras una actualización del software realizada durante la noche.
Sebastian se encontraba con un coche "distinto" para la FP3, que se convertía en indomable cuando el asfalto ha empezado a recibir las primeras gotas. El alemán sigue asegurando que lo principal mañana es acabar la carrera, después de que en pretemporada no han podido hacer simulacros completos.
Esta mañana todavía estaba bien, pero sin duda ha sido un paso hacia atras, y luego esta tarde, cuando empezó a llover, yo estaba luchando mucho contra el volante, algo que hizo mi vida muy complicada. Hubo una diferente puesta a punto y una actualización de software, pero con la Fórmula 1 moderna hay una gran cantidad de programación de software y esto hace que no sea fácil para que los conductores entiendan lo que está pasando.
Vía | Autosport